Créase o no de Ripley. Pero recién se conoció que la diputada nacional Gisela Marziotta (foto), del Frente de Todos y representante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su momento periodista, acaba de presentar un proyecto de ley de intervención de los tres poderes de la provincia de Jujuy.
En los fundamentos se señala que el objetivo es restaurar el orden institucional en la provincia norteña.
Resulta curioso que esta legisladora, que alguna vez acompañó en su programa Hora Clave al doctor Mariano Grondona, presente esta iniciativa, cuando todos los indicios hacen decir que la conmoción que se vive en Jujuy, con corte de rutas nacionales y la intervención de la Gendarmería, por decisión del inefable ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, está apuntalada por infiltrados, muchos de ellos kirchneristas, de la izquierda o de la agrupación Tupac, de Milagro Sala.
Claro, Aníbal Fernández está mas preocupado por la interna de su partido y la defensa del precandidato Daniel Scioli, como para decir públicamente improperios contra el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, hijo de Cristina.
ALBERTO FERNANDEZ
En el mismo sentido del proyecto de Marziotta, estos momentos el presidente de la Nación, Alberto Fernández, habla para referirse a los hechos violentos de Jujuy, y señala que la CIDH "la reforma no cumplió con la debida consulta de los pueblos indígenas, de acuerdo a los estándares americanos".
La palabra del presidente se contradice con lo que señaló el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien subrayó que se habían retrotraido los dos artículos referidos a los pueblos originarios, por propio pedido de estos pueblos.
"Insto al gobernador Morales a cumplir con los estándares internacionales de derecho humanos. No se lo pide el presidente sino el mundo, le exige que se termine la violencia estatal.
Fernández también dijo que envió al Secretario de Derechos Humanos para evaluar la situación de Jujuy.
"Solicito al gobierno de Jujuy que convoque a las comunidades aborígenes y a los distintos sectores para solucionar los problemas. Siempre que convoque al diálogo, estaremos a su lado. Es imprescincible garantizar los derechos humanos en todo el país. Le pido al gobernador Morales que no utilice al pueblo jujeño como banco de pruebas de diferentes sectores políticos".
Dijo que irá a la justicia para plantear la inconstitucionalidad de la reforma constitucional jujeña.
Curiosa interpretación del presidente de la Nación de la situación jujeña. También resulta increíble que Alberto Fernández no diga nada del Chaco y en el caso Jujuy, ignore los ataques a la Legislatura, los coches quemados, la violencia por doquier y solo hable del chico que sufrió una herida en un ojo, cuando hubo mas de 50 policías heridos.
Fernández pareció olvidar dos cosas: declaraciones de Cristina Kirchner el 1 de marzo de 2014 al inaugurar las sesiones del Congreso, cuando se quejó de los cortes de calles y adelantó que había que considerar algún proyecto para legislar esos cortes. E incluso dio el ejemplo de lo que vio en Estados Unidos en cuanto a las protestas, que se hacen en determinados corralitos que se instalan en las veredas, pero no se protesta en la calle.
Y olvidó también que cuando hubo un atentado contra el despacho de la vicepresidenta Cristina Kirchner y presidenta del Senado, las declaraciones de repudio fueron intensas y extensas.
Cuando un gobierno se va, sobre todo en estas condiciones, apela a cualquier recurso para justificar la derrota política.
La realidad es que el conflicto que vive Jujuy se sigue agravando y repercute en la izquierda y en otros sectores, como para que Alberto Fernández se haya atrevido a dar a conocer un mensaje, que parece escrito por su jefa CFK.
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