SERGIO TOMAS MASSA: SEGUN CRISTINA KIRCHNER, EL HOMBRE DE LAS FULLERIAS

 Por Eduardo Menescaldi

                               Massa, CFK... y el avión...


En el reciente acto en que estuvieron juntos Cristina Kirchner y Sergio Massa -ella, jefa del kirchnerismo, el precandidato a presidente de Unión por la Patria, el partido del oficialismo- sorprendió la calificación de ella a el. Lo llamó "fullero" y rápidamente el término se viralizo en las redes.

Al recurrir al diccionario de la Real Academia Española, la definicion de fullero es hombre que hace fullerías. Y al recurrir al término "fullería" dice: trampa y engaño que se comete en el juego. Astucia, cautela y arte con que se pretende engañar.

Sergio Massa no se inmutó con el calificativo, y con esa sonrisa tan especial pareció asentir (aunque la procesion haya ido por dentro).

Seguramente por la mente de quien pretende ser presidente de los argentinos -algo por lo que hizo fullerías por doquier- pasaron imágenes del pasado, como cuando decía que con "el kirchnerismo nunca mas", confesaba que Cristina Kirchner representaba todo lo que el no quería para administrar un páis, o cuando en esas ruedas ante su gente gritaba a los cuatro vientos que iba "a barrer a los ñoquis de la Cámpora".

En el campo de sus fullerías, apelaba a la cautela, a la astucia y al arte pretendido de engaño. En el juego de la política, Massa mediante, todo es posible. O con un criterio maquiavélico: el fin justifica los medios.

El hombre y su circunstancia. Los principios de Marx (Groucho), que decía que estos son los que se tienen, pero si no -plan B- están estos otros. 

Massa siempre quiso ser presidente y ahora tiene su gran oportunidad, por mas que su imagen negativa sea alta. ¿Pero quién se fija en eso si transita el camino de las fullerías?

Por eso no debe extrañar que subido al caballo de la gestión -precandidato y ministro de Economia a la vez- haya convocado para hoy a una reunión de gabinete. Curiosamente, en ese encuentro entre ministros, además del propio Massa esté su compañero de fórmula, Agustín Rossi, jefe de gabinete. Hacía seis meses que no se reunía el gabinete en forma multitudinaria. También se espera que esté el presidente Alberto Fernández, que camina su función entre la intrascendencia y el anacronismo.

Las especies dicen que esta tarde Alberto Fernández irá a visitar a su querido Gildo Insfrán -alguna vez lo califico como el mejor gobernador de la República, lo mismo dijo de Hugo Moyano como sindicalista- para celebrar que se venga el octavo mandato del cacique formoseño.

La definición de las candidaturas en el oficialismo puso sobre el tapete las diferencias internas, pero sobre todo la hipocresía o cinismo con que se manejaron varios protagonistas. Entre ellos el quilmeño Aníbal Fernández, quien alguna vez dijo que Massa no tenía capacidad siquiera para gobernar una sociedad de fomento. Y ayer, sin ponerse colorado, confesó que habrá Massa por ocho años de gobierno. Dijo incluso que Sergio será una topadora en el poder.

¿Aníbal piensa ahora que Massa es capaz de doblarle el brazo a la jefa?¿O querrá inscribirse en la lista de funcionarios para acompañar al tigrense?

Daniel Scioli, que decía no se bajaba bajo ningún punto de vista de su precandidatura, fue volteado de un hondazo, y volvió a su embajada en Brasil con la cola entre las piernas.

Wado De Pedro, el adalid de la generación diezmada, al decir de la presidenta, también fue bajado de un hondazo, después de haber editado un video con aquello de "quiero ser presidente". El premio consuelo: una senaduría nacional.

El tucumano Juan Manzur, que alguna vez dijo que "Cristina cumplió su ciclo", tuvo que volver por el círculo del aceite a su querida provincia, Tucumán.

Algunos personajes del oficialismo no se bancan la elección de Massa y se están encargando de manifestar su bronca. Otros se acomodan rápidamente a la nueva situación y como el inefable cómico Dady Brieva, publicó que ahora será vigía de Massa y Rossi.

Son tiempos modernos, donde las fullerías paecen ser el ideal. Hay un pueblo argentino de 47 millones que miran estas escenas, entienden poco y nada y solo saben que el bolsillo aguanta hasta el día quince y después, hasta fin de mes, hay que hacer malabares para sobrevivir.

Vale rematar este comentario con el principio. Fullería: astucia, cautela y arte con que se pretende engañar. Surge del juego, pero en esta gran mesa de truco nacional, unos hacen señas, otros mienten, y la mayoría mira sin entender.

EL VUELO

Como dato elocuente de lo que se está viviendo en este mundo de los fulleros, causó sorpresa, estupor, bronca e indignación el hecho de que detrás de la mesa donde estaban sentados Massa y CFK apareciera un avión, presuntamente "rescatado" y ahora presentado como aquel en que en la dictadura militar se arrojaba gente al vacío (todo aquello que reveló el periodista Horacio Verbitzy en su libro El vuelo). 

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