El viernes 16 de junio a las 19 en el Museo de Artes Visuales Víctor Roverano, Avenida Rivadavia 498, Quilmes, se inaugura la muestra retrospectiva de Daniel Faunes.
La muestra se podrá visitar de lunes a viernes de 9 a 18 con entrada libre y gratuita.
Desde el 19 de junio se podrá disfrutar de esta exposición, que recorre la obra del artista, poeta y profesor quilmeño Daniel Faunes.
Permanecerá abierta hasta el jueves 6 de julio.
A casi cinco años de su fallecimiento, la muestra exhibe el trabajo del autor y se basa en dos ejes fundamentales de su obra: lo autorreferencial y autobiográfico, representando en las imágenes de la nfancia y de los cuerpos, atravsados por su permanente preocupación por la palabra y el lenguaje, manifiesto tanto en su obra pictórica como literaria, sus poesías.
Explicaba Daniel Faunes que "como hace casi 20 años elijo la vida, elijo las imágenes y las palabras para expresarme con un lenguaje conocido, a contrapelo del mero experimentalismo, elijo para que no resulte digerido lo que se pretende consumido, elijo para que no nos consuman".
Las obras que se presentan fueron parte de varias muestras individuales y colectivas a lo largo de su trayectoria. Entre ellas "Grabados de los anhelos sys los sueños" (Galería Lirolay, 1980), "Luces invisibles" (Galería Hilda Solano, 1982), "Despojos y ternura" (Archimboldo, 1996), Ocurrencias (Barraca Vorticista, 2009) de la serie El sentimiento develado, "Diarios de lo interno", "El luchador cibererótico" y "Anatomía patológica".
"Esta muestra Retrospectiva ocupa el lugar de la comunión, nos convoca la obra de Daniel Faunes como artista visual, escritor/poeta, fotógrafo, militante político y de la vida, desafía el inexorable paso del tiempo e infunde un hálito vital a sus obras. A través de sus imágenes, sus trazos y sus palabras revivimos aquello que nos interpela y nos conmueve.
Llevar adelante una muestra Retrospectiva para nosotras, sus hijas, es transmuta rel dolor de su ausencia física, es recordarlo y reconocerlo, volver a conocerlo y elaborar otra conciencia de quien fue y de lo que hizo, no solo en el plano personal, íntimo, sino también como un hombre de una gran pulsión de vida, de libertad, de amor, de ferocidades, de temores y ternura.
Hasta aquí la palabra de las hijas Ana Carla y Victoria.
La muestra de las obras convoca como comunidad afectiva y artística para apreciarlo y sumergirse en su mundo interno a través de las levocaciones de la infancia, el erotismo de los cuerpos, la importancia de la palabra y su reflexión sobre la tarea artística. "Me convenzo de que soy un artista y que como tal tengo una tara; estoy seguro de la inutilidad de mis acciones, sin embargo estoy convencido de la necesidad de las mismas".
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