Alguna vez los políticos se van a mirar al espejo, verán en el el pasado, el presente y el futuro, y se darán cuenta de que si la política es el arte de lo posible, ellos se encargan de cambiar el esquema y transformarlo en el hombre y su circunstancia.
Al menos así puede "leerse" el acto de ayer con Cristina Kirchner y Sergio Massa, que se mostraron juntos en un acto que seguramente dará que hablar.
Porque el que dijo alguna vez que de ninguna manera iba a contactarse con el kirchnerismo, y daba sus razones porque habia que terminar con esa imagen de corrupción, ahora, convertido en el necesario candidato del oficialismo, se da vuelta (como un panqueque), deja para adentro lo que alguna vez dijo y termina adecuándose a la realidad que mas le conviene. Pragmatismo puro.
CFK, en uno de esos desopilantes diálogos que suele mantener con su "mayordomo", Oscar Parrilli, decía en su, momento que habia que pegarle a ese HDP, concretamente Sergio Massa.
Ahora están juntos, por conveniencia y por espanto, para evitar que en las elecciones el cristinismo y el kirchnerismo zafe lo mejor posible y evite un lamentable tercer lugar.
En esta feria de vanidades todos tienen algo que ocultar, algo que mostrar y fundamentalmente, dejar lugar al caballo de la hipocresía para cabalgar hacia ese bien tan preciado, que quieren, que tienen y que nunca quieren dejar: EL PODER.
PD: El periodista Marcelo Longobardi ha dicho por Radio Rivadavia que la política se ha convertido en una industria... lamentablemente.
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