PLAZA DE MAYO: UN ESCENARIO IMPERIAL EN UN PAIS SURREALISTA...

 Por Eduardo Menescaldi


Las imágenes que muestran las pantallas de televisión desde la mítica Plaza de Mayo ofrecen la instalación de un imponente estrado, que parece ser una réplica del famoso festival Lollapalloza, anticipando lo que va a ser mañana el acto por la tarde con la palabra de la jefa del kirchnerismo, Crsitina Fernández.

El kirchnerismo duro ha preparado este acto como una ceremonia religiosa, donde los fieles irán en procesión a acompañar a su líder, esperando que de respuestas a las incógnitas en cuanto a candidatos del oficialismo para las elecciones próximas.

Lo que ocupa y preocupa es que se confundan los tantos, porque se convocó a este acto para recordar los veinte años de la asunción de Néstor Kirchner como presidente de la Nación aquel 25 de Mayo de 2003.

Una fecha patria por antonomasia, el 25 de Mayo es el día de la Revolución, el primer grito de libertad de los criollos ante el virrey de España (ante el hecho de que el rey había sido apresado por Napoléón Bonaparte). Eso ocurrió en 1810 o sea que mañana se cumplen 213 años de aquella gesta.

Lo aprendido en el colegio y lo que enseña la historia de la patria se dan de bruces con el acto kirchnerista, cuyos integrantes pretenden hacer olvidar o bastardear la verdadera magnitud de la fecha patria. Incluso el kirchnerismo toma como escenografía al emblemática plaza de Mayo, con la Casa Rosada de espaldas y el mítico Cabildo ahí nomás. Seguramente los duendes que envuelven las paredes del Cabildo todavía escuchan al pueblo de 1810 pidiendo saber de qué se trata.

Dos siglos y trece años después ese reclamo se renueva y se agiganta. Porque mientras se arma este acto elefanteásico (¿cuánto habrá costado semejante estructura?) la realidad del país muestra en forma elocuente una serie de elementos que deberían ser los temas que mañana tendría que considerar CFK, porque le guste o no este es su gobierno y el presidente de la Nación, Alberto Fernández, fue precisamente elegido por ella a dedo.

Inseguridad, pobreza, narcotráfico en Rosario, el conurbano y las provincias, educación, trabajo, la enorme multiplicación de planes, muchos de ellos tildados de truchos porque encierran engaños a la hora de apuntar a los que los reciben, son algunas de las cuestiones que debería considerar CFK mañana en la plaza de Mayo.

Ninguno de esos temas estará en el discurso de la jefa, que mostró en la reciente charla con el periodista Pablo Duggan que solo le interesa recibir de sus seguidores adoración, imprecación y rendición para convencerla de que deje de hacerse los rulos y les de la alegría de decir que va a ser candidato, o mostrar a sus hijos dilectos, esa juventud diezmada, como Axel Kicillof y Wado de Pedro.

En fin, el escenario que se está armando en la Plaza, mientras llueve y llueve (¿llovió aquel 25 de mayo de 1810?¿había paraguas como mostraron algunos cuadros de esa histórica fecha?) nos está mostrando la distancia enorme que hay entre los 47 millones de argentinos, sus inquietudes y demandas, con los que hoy, Oscar Parrilli mediante, quieren decir aquello de Diana Conti: Cristina eterna...

PD: Si un argentino regresara al país mañana y se le ocurriera ir a celebrar el 25 de Mayo en la Plaza, se sorprendería por el fervor patriótico de los que estarán este jueves a la tarde en ese lugar. Quizás le pregunte a los asistentes si están festejando los 213 años de la fecha patria... La respuesta, seguramente, lo desconcertará, porque le hablarán del patriota Néstor Kirchner y de los veinte años de kirchnerismo...  El argentino se irá y se preguntará si no estaba viviendo una película de Fellini o una puesta en escena del surrealismo italiano...

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