Fue lo que se pensaba. Una entrevista muy condescendiente del periodista Pablo Duggan por el canal hiperkirchnerista C5N.
Los temas importantes, que tanto acucian al ciudadano común, se dejaron de lado y solo se escuchó a Cristina Fernández de Kirchner volver a arremeter contra el ex presidente Mauricio Macri, la Suprema Corte, la justicia, el Fondo Monetario Internacional, etcétera.
Llegó a decir sin ponerse colorada que hoy ella estaba con "libertad condicional", una barbaridad en la boca de una "abogada exitosa" porque es ignorar olímpicamente la definición de libertad condicional, que habla de un condenado al que se le da la libertad en un determinado momento porque se ha cumplido un equis tiempo de la condena y porque hubo buena conducta.
Habló de la necesidad de una reformulación del acuerdo con el FMI, cuando fue logrado por la oposición y el oficialismo encabezado por el ministro Sergio Massa y el gobierno de Alberto Fernández.
CFK volvió a mirarse el ombligo y repitió aquello de que hay que tenerle miedo a Dios y "un poquito a mí", aunque realidad habría que dejar a Dios de lado y poner el acento en ella, que evidentemente sigue sangrando por la herida de haber sido condenada por corrupción con una avalancha de pruebas, pero que al no ser condena firme le permiten participar, si quiere, de los comicios.
Volvió a mentir al decir que estaba proscripta, cuando no hay condena firme y difícilmente la haya por muchos meses porque hay que respetar los tiempos que se toma la justicia-
En síntesis, CFK aterrizó en el canal que tiene como dueños a kirchneristas puros y la trataron con suavidad, dejando sin preguntar todo lo que cualquier periodista que se precie hubiera preguntado ante la posibilidad de entrevistar a quien desde hace dos décadas maneja el destino del país.
No está con libertad condicional, en todo caso está condicionada por la falta de libertad con que pretende gobernar su vida y la de los demás.
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