LA ACADEMIA NACIONAL DE PERIODISMO Y LOS 20 MANDAMIENTOS

 


En estos tiempos que corren el periodismo cumple un rol fundamental, y así lo entendió la Academia Nacional de Periodismo, que preside Joaquín Morales Solá.

En ese sentido difundió veinte mandamientos del oficio, que siempre habrá que tener en cuenta.

Veamos estos mandamientos que aparecen hoy publicados en la edición del diario Clarín.

-La viga maestra del periodismo profesional, independiente, ejercido de manera honesta, es una información basada en la verdad, especialmente en los temas de interés público.

-El rol del periodismo en la democracia del siglo XXI es informar, opinar y hacer rendir cuentas a todos los poderes. La información es un derecho, no una mercancía.

-El periodista debe resguardar su independencia frente a los gobiernos de turno, otros poderes, las empresas privadas y sus propias audiencias.

-Se recomienda distinguir la información de la opinión, incluso en las redes personales del periodista.

-Las noticias deben estar separadas claramente del contenido esponsoreado por empresas, partidos políticos o particulares.

-La libertad de expresión tiene una limitación de hierro: no incitar al odio ni a la violencia, de modo que deben evitarse las agresiones verbales o escritas.

-El periodista debe atribuir siempre la información, ya sea que se trate de personas que declaran dando su nombre y apellido "on the record", a fuentes de información (off the record) o a pruebas documentales.

-Los errores deben ser corregidos e informados a las audiencias lo más rápido posible.

-El secreto profesional está protegido por el artículo 43 de la Constitución, no como un privilegio personal sino por su función en beneficio del derecho de la ciudadanía a ser informada de manera fidedigna, especialmente cuando se trata de información que los poderes intentan ocultar.

-Antes de dar a conocer la información, se debe recurrir a la persona/s o entidad/es acusada/s de participar de un delito o de una acción que puede suscitar escándalo para que den su visión de los hechos.

-Deben evitarse los comentarios sexistas, racistas y los prejuicios de cualquier tipo; al igual que las generalizaciones que afecten a personas por su etnia, nacionalidad, ideología, religión, sexo, educación o condición económica, o que se basen en prejuicios de cualquier otra índole.

-El periodismo rofesional rechaza el plagio, los sobornos, las extorsiones y, otras prácticas similares. Ningún periodista debe aceptar pagos, retribuciones, dádivas ni privilegios que pudieran influir en el contenido de su trabajo.

-La búsqueda de primicias no justifica poner en riesgo la vida de una persona, entrometerse en el trabajo de la policía en una toma de rehenes, ni obstaculizar la labor de los jueces de manera deliberada.

-Los periodistas darán cobertura a las noticias de interés público de una sociedad democrática. Las personas públicas están sometidas a un mayor escrutinio, pero sus vidas privadas solo serán de interés cuando afecten al bien común, al uso de los recursos del Estado, a la vida de otras personas, de  manera directa o indirecta, o cuando ellas mismas las expongan.

-En toda noticia se respetará el principio constitucional de inocencia de las personas hasta que el fallo confirme la culpabilidad. No se publicarán fotos ni nombres de menroes de edad vinculados a causas judiciales.

-El uso de cámaras, micrófonos ocultos u otros métodos no convencionales para lograr datos u obtener testimonios puede ser utilizado solo cuando se viera involucrado un bien o valor público mayor al derecho a la intimidad de las personas, y además, cuando se hayan agotado los métodos convencionales de búsqueda de información.

ACADEMICOS

Vale la pena recordar quiénes son los periodistas que integran la Academia: Roberto García, Marcelo Longobardi, Fernando Sánchez Zinny, Alberto Munin, Gustavo González, Silvia Naishtat, Roberto Guareschi, Miguel Wiñazki, Julián Gallo, Antonio Requeni, Mariano Grondona, José Claudio Escribano, Jorge Fontevecchia, Daniel Dessein, Nelson Castro, Nora Bar, Osvaldo Granados, Héctor Guyot, Daniel Santoro, Beatriz Sarlo, Héctor D´Amico, Fernando Ruíz, Hinde Pomeraniec, Alicia de Arteaga, Hugo Alconada Mon, Ernesto Tenembaum, Fernando Bravo, María O´Donnell, Santo Biasatti, Eduardo Fidanza, Eduardo van der Kooy, Ricardo Kirschbaum, Jorge Halperín, Norma Morandini, Enrique Maceira, José Ignacio López, Fernán Saguier y Carlos Reymundo Roberts.

MIGUEL WIÑAZKI

Uno de los académicos, Miguel Wiñazki, interpreta en Clarin lo publicado por la Academia y habla de la metamorfosis del periodismo "líquido" pero sólido en los cimientos.

Dice que cambian las plataformas, las migraciones de las audiencias haciac el periodismo digital son masivas y positivamente virales. "Pero no se sustituye por eso el cimienteo y la simiente del trabajo periodístico: investigar, corroborar y narrar. El periodismo se hah vuelto líquido, podría afirmarse, pero en simultáneo es sólido en sus principios.

Agrega que no aconteció "el pregonado apocalipsis del periodismo tradicional", y subrayó que "sí ocurre la mutación de las tecno digital. No todo lo construido a lo largo de la historia del periodismo debe ser deconstruido. No se puede ni se debería deconstruir  con criterio posmoderno el protocolo de búsqueda, de verificación, y de narración noticiosa".

"No se disuelve en el aire el periodismo aun cuando se haya profetizado su evaporación y el del sustrato de una profesiónq ue arraiga en una dicoteomomía fundamental: se trata de distinguir lo verdadero de lo falsos. Esa oposición crucial y esencial procede en la medida en que se cumplan las premisas básicas de la acción comunicacional profesional.

Dice Wiñazki que "la ética periodística arraiga en un primer mandamiento básico y no negociable: hacer periodismo, y eso implica sostener las bases maestras, que la Academia Nacional de Periodismo propone no de manera verticalmente prescriptiva pero si indicativa".

Concluye sosteniendo que son veinte principios, una guía, que apunta a la constitución de un corpus, una brújula necesaria, porque las transiciones que proponen las nuevas tecnologías exigen aun mas rigurosidad y capacitación para actuar como corresponde respetando la evidencia de que la falsedad desinforma, y que la verdad de los hechos existe y es la fuente de la que brota la información, sin la cual las democracias irremediablemente se degradan".

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