Por Eduardo Menescaldi
Las cuatro décadas que está cumpliendo la democracia desde aquellos históricos días de 1983, con la elección del presidente Raúl Alfonsín presentan un país muy especial, con políticos que parecen no entender la realidad del país.
Porque siguen los piquetes de los miércoles -hoy vuelven a manifestarse los oficialistas y los opositores-, hubo paro de colectivos anoche por el tema de los subsidios que reclaman las empresas -ahora se supo que el que se iba a realizar hoy de 13 a 16 fue levantado-, el dólar sube a un precio récord, que supera con creces aquellos 400 que hace tiempo pronosticó Roberto García Moritán y recibió expresiones de estar un poco loco, los precios continuan su escalada, sigue bajando el poder adquisitivo del salario, aunque no lo reconozca la funcionaria Kelly Olmos, la pobreza se multiplica por doquier, incluso el canal catarí Al Jazera publicó notas realizadas en el Aeroparque con gente durmiendo en el lugar...
El panorama es bastante oscuro de cara a las elecciones de este año, el 13 de agosto las PASO y el 22 de octubre las generales. Frente a este presente, oficialismo y oposición parecen estar obnubilados por su propia situación, se miran el ombligo y la lejanía con la gente aparece cada vez mas distante.
El kirchnerismo sigue en su propio microclima, con la mirada puesta en que la jefa, CFK, zafe de sus causas judiciales y por eso se arremete contra la Suprema Corte con las sesiones inefables de una Comisión de Juicio Político que encuentra en los gestores, Leopoldo Moreau y Rodolfo Tailhade, el empleo de la artillería para meterse en el núcleo del Poder Judicial y desconocer el principio de división de poderes que consagra la Constitución Nacional.
El kirchnerismo, con la Cámpora como puntal, apuesta a lograr que el 25 de mayo, lejos de la Revolución de Mayo, que debería ser el verdadero homenaje, se consagre el operativo Clamor para convencer a Cristina Kirchner que se postule a la presidencia. Porque, como dijo Leopoldo Moreau, el actual gobierno no es kirchneristas. Es decir, Alberto Fernández no cumple con los requisitos y por eso se está cerrando el círculo para que el "elegido" a dedo por CFK termine bajándose de la candidatura y termine por allanar el camino, para decidir por Ella o por quien Ella elija, como podría ser el inefable ministro de Economía, Sergio Massa -que ayer limpió del camino al jefe de asesores del presidente- o el que siempre está, Daniel Scioli. La nota que dio Pichichi en Perfil con Jorge Fontevecchia va en ese sentido.
La oposición también está en la misma, con cruces, dimes y diretes que mueven y conmueven. Las peleas entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta hacen sombrío el panorama, que ha puesto en distintas veredas, por ahora, al propio Rodríguez Larreta y a la preferida de Macri, Patricia Bullrich.
Hasta la siempre candidata María Eugenia Vidal se enojó por la situación y en nota con Cristina Pérez, por Radio Rivadavia, propuso que todos los candidatos se bajen de la postulación y se busque un camino mas de consenso y de equilibrio. Lo que en principio no podrá ocurrir porque algunos candidatos de ninguna manera lo van a aceptar.
Así las cosas, no extraña entonces que un candidato disruptivo y que hace pensar en los casos de Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump, aparezca con números en constante crecimiento. Es Javier Milei, quien habla de terminar con "la casta política", cerrar el Banco Central, dolarizar la economía, dejar de emitir y a lo largo de dos años, dice, que se termina la inflación, etcétera.
No se sabe qué puede pasar con Milei en los próximos comicios, pero su mensaje capta jóvenes, le quita votos al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio, y habrá que ver si no termina terciando ante el balotaje, para que algunas de las dos coaliciones más importantes quede afuera.
Si Milei termina jugando el balotaje, ¿qué puede pasar en la segunda vuelta con los seguidores de la coalición que quede afuera?
El gobierno de Alberto Fernández sigue navegando en aguas encrespadas, a la deriva, con respuestas alejadas de la gente. Porque el que va a comprar al supermercado, al almacén o donde sea y se soprende por lo que valen los productos, seguramente se mostrará azorado cuando escucha al presidente inaugurar obras en el Aeropuerto de Ezeiza y decir algo así como que ojalá venga mucha gente del exterior y que viaje al exterior el que pueda, aunque hay que tratar de hacerlo porque el país cuenta con pocos dólares. O sea, desalienta la posibilidad de viajar afuera (en todo caso los que se van lo hacen porque buscan en otros lares lo que aquí no pueden lograr).
En este clima tan especial la Argentina sigue mostrando un país agraciado por la naturaleza, con paisajes por doquier, desde La Quiaca, en Jujuy a Ushuaia, en Tierra del Fuego y desde Las Cuevas, en Mendoza a Bernardo de Irigoyen, en Misiones. Todas las posibilidades están, solo falta que los que mandan y los que pretenden gobernar desde diciembre piensen en la gente, que debe ser la única destinataria de las políticas de Estado.
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