Fue intendente de Quilmes entre 1991 y 1995 y salió del municipio supuestamente en un baúl para evitar la captura que había dispuesto el juez Ariel González Elicabe.
Un día dijo que en la Argentina hay menos pobreza que Alemania, también sostuvo en otro momento que la inseguridad es una "sensación".
Pero no se quedó ahí Aníbal Fernández, quien también fue presidente del Quilmes AC y junto a Adrián Meiszner dejaron al decano del fútbol argentino en una situación económica muy complicada, que tuvo que ser contenida con la convocatoria de acreedores, concurso que todavía sigue y que obliga a los actuales directivos a hacer malabares para afrontar las deudas.
Pero hoy sumó un nuevo motivo de reacción con sus declaraciones. Aníbal Fernández dijo, sin ponerse colorado, que si gana la oposición va a haber calles regadas de sangre y muertos. Una especial manera de interpretar la democracia, porque como abogado (también es contador) tendría que saber que el sistema republicano y democrático se basa en la Constitución de 1853, con sus reformas, la última de 1994, que consagra la división de poderes y la independencia de cada uno de ellos, a pesar de que sus militantes pretenden arremeter contra el Poder Judicial (hoy hay una marcha K a los Tribunales).
Así las cosas, como era de imaginar, desde la oposición salieron a responderle a Anibal Fernández con duros términos. "Hay quienes encienden el fuego y los que lo apagamos" coincidieron.
Para los que hablan de los discursos del odio,¿acaso Aníbal no se ha convertido en un gran protagonista?
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