Mientras el Titanic avanza rumbo al famoso iceberg -mañana se cumplen 111 años de aquel naufragio, el mayor de la historia naval- hoy sorprende (o no tanto) a propios y extraños que los K jueguen sus últimas cartas en este año electoral y cuando su poder se escurre como agua entre los dedos.
Esta tarde dirigentes porteños y bonaerenses del kirchnerismo organizan una marcha a Tribunales para repudiar lo que entienden la proscripción y persecución de la jefa, Cristina Kirchner. Una auténtica mentira política porque Cristina Kirchner no está proscripta y tampoco es perseguida, porque fue condenada a seis años con abundantes pruebas en la causa Vialidad de corrupción.
Pero la jefa sigue pensando que sus acólitos tienen obediencia debida y entonces quieren reflotar los sentimientos y pensamientos que despierta la única que los quiere sometidos.
Cristina Kirchner dijo en su momento que no cree en la República, tampoco en la división de poderes y una marcha como la de hoy, cuando se cumplen años de su primera convocatoria por la justicia del entonces magistrado Claudio Bonadío.
El kirchnerismo no puede entender que la jefa tenga que soportar la presión de la justicia. Pero en una República verdadera hay división de poderes, respeto de las instituciones, y fundamentalmente libertad de expresión.
La marcha va a contramarcha de la República. Ojalá sea solo una anécdota mas de quienes aman las autocracias y suponen que el poder les permite hacer cualquier cosa.
PD: Mientras los K se ocupan de la jefa, la realidad argentina sigue presentando otro panorama, porque continuan los hechos de inseguridad, tanto con los colectiveros como con la gente de a pie. Continua martillando la inflación, la desocupación, la pobreza, la indigencia, etcétera, los temas que deberían provocar una gran marcha ciudadana para con los gobernantes a fin de que de alguna vez empiecen a solucionarlos o lo intenten.
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