Por Eduardo Menescaldi
Resulta en estos días increible que desde el oficialismo kirchnerista se martille a la opinión pública con el argumento de acusar a los que no piensan como ellos como profetas del odio o que cultivan este discurso. Y ponen el acento en expresiones de la periodista Laura Di Marco en el programa de La Nación+ de Viviana Canosa.
La razón de esa artillería pasa por expresiones de Di Marco sobre la salud de la hija de la vicepresidenta, Florencia Kirchner.
Resulta poco creíble la artillería oficialista, con acusaciones de baja estopa, cuando Laura Di Marco debe ser la periodista que mas y mejor conoce a la familia Kirchner, desde la órbita de la vicepresidenta. En su libro, biografía no autorizada de CFK, muestra una profunda investigación sobre la historia de la mujer que hoy desde la vicepresidencia en realidad maneja los hilos del país, por mas que algunos de sus seguidores pretendan hacer creer que está proscripta e incluso movilizan sus fuerzas para el jueves en una marcha a la Suprema Corte. Junto a ellos, el ex integrante de la Suprema Corte, Zaffaroni, quiere que el presidente se anime a indultar a la condenada por seis años, después de la depurada investigación en la causa Vialidad.
Esta noche, en su programa, Viviana Canosa se encargó de desarmar los argumentos de los que han arremetido contra ella y Laura Di Marco, con el latiguillo de los discursos del odio. Puso en pantalla muchos ejemplos evidentes de discursos del odio por parte de los kirchneristas, entre otros de referentes como Luis Delía, Hebe de Bonafini, Roberto Navarro, Pata Medina, etcétera.
Incluso mencionó la conductora que hay cuatro tapas de la revista Noticias, de la Editorial Perfil, que se refieren a la salud de la hija de la vicepresidenta.
Lo que Viviana Canosa no incluyó en su editorial ha sido la campaña, en los primeros años del gobierno K, que desde ese oficialismo se alimentó y que instaba a escupir a reconocidos periodistas, como Magdalena Ruíz Guiñazú, Nelson Castro, Joaquín Morales Solá y siguen los nombres. Todavía se recuerdan las imágenes de niños escupiendo los afiches de estos periodistas en Plaza de Mayo.
Por todo lo señalado, los que hoy quieren hacer creer a la opinión pública que la oposición realiza discursos del odio tendrían que mirarse en el espejo y darse cuenta de quiénes son los verdaderos cultores de estos repudiables discursos.
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