Desde las 21.30 en Rosario, juegan Central e Independiente de Avellaneda.
Un partido por la liga Profesional de Fútbol, que está rodeado por el grave clima institucional que vive el club de Avellaneda.
Renunció el presidente Fabián Doman, tras seis meses de gestión -recordemos que ganó las elecciones con mas del 70 por ciento de apoyo- con una nota en la que prácticamente reconoce que no ha podido hacer lo que pretendía y que la realidad económico financiera e institucional del rey de copas lo superó con creces. Dijo que quiso unir y dialogar y no pudo, además de poner el acento en el pasivo del Rojo que está mas que nunca al rojo vivo, con deudas que superan los 20 millones de dólares.
Así las cosas se hizo cargo el vicepresidente, Néstor Grindetti, a la sazón intendente del municipio de Lanús, quien deberá convocar a asamblea dentro de los próximos 90 días para decidir el futuro de la entidad.
Como si todo esto no alcanzara para pintar la realidad de Independiente, cabe recordar que el próximo domingo en el Libertadores de América jugará el histórico clásico con Rácing.
Ayer hubo manifestaciones frente a la sede de Avellaneda, con hinchas y socios que coincidían en la clásica expresión de que "se vayan todos".
En lo futbolístico, se confirmó que Pablo Repetto no se hará cargo del equipo, que hoy estará dirigido por Pedro Monzón. Ahora comenzó a sonar el nombre de Omar De Felippe como candidato.
DOMAN Y LAS AMENAZAS
El presidente renunciante de Independiente, Fabián Doman, dijo públicamente que la decisión de irse estuvo relacionada con las duras amenazas telefónicas que recibió en los últimos días. Explicó que en su teléfono haycontabilizadas 70 amenazas.
También en el programa de Jonatan Viale por Radio Rivadavia, el periodista negó que recibiera un sueldo del PRO como se dijo en algunos medios (sobre todo los kirchneristas).
Doman dijo que era mentira la versión kirchnerista de que "el PRO había entrado en el club", y dejó picando la pregunta de "si eso es cierto, por qué el PRO no puso la plata que necesita el club".
El directivo renunciante dejó en claro que estaba destruido, sufriendo todos los embates de quienes se encargaron de hacérselo saber.
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