Hoy y mañana a las 20 en la pantalla del Espacio INCAA Quilmes, Mitre 721, se dará el filme "Rinoceronte", del director Arturo Castro Godoy, autor también del guión.
Una película filmada totalmente en Santa Fe en un mes de intenso rodaje. El producto resulta de alto vuelo artístico y merece ser destacado, como lo que significa el buen cine argentino.
Actúan Diego Cremonesi, Eva Bianco y el pibe Vito Contini Brea, en los papeles fundamentales, junto a Avril Busi, Nidia Casis, Juan José Farías, Justo Gaitán, Ruy Gatti, Homero Rozicki, Claudia Schujman, Damián Sánchez, Candela Velásquez.
Es un drama que relata la historia de Damián, un chico de 11 años, que integra una familia disruptiva y caótica, que vive en una villa de la capital santafesina.
A raíz de esa situación, con intervención del Estado, lo llevan a un hogar de niños. Ahí conoce a Leandro, un asistente personal con una historia personal similar a la de Damián.
El chico se resiste a cambiar de vida, pero tendrá que aceptar que su vida anterior quedó arás y no volverá, pero todavía es posible construir un comienzo nuevo donde haya lugar para no sentirse tan solo.
La película está muy bien hecha, con un director que ha cuidado todas las escenas con esmero y que termina ofreciendo una verdadera expresión de arte.
Al profesionalismo del actor platense Diego Cremonesi -lo conocemos por sus actuaciones en El marginal, Un gallo para Esculapio, la serie de Monzón, entre otros- y de la cordobesa Eva Bianco, se suma la inexperiencia de Vito Contini Brea, quien merece un párrafo aparte para conocer su llegada al filme.
Vito es hijo de una quilmeña, Romina Brea y de un santafesino. Según contó la mamá vivió en Quilmes hasta hace quince años, conoció a un santafesino y se radicó en la capital de la provincia.
Hubo un cásting en la ciudad para encontrar al protagonista de la película. Pasaron varios centenares de chicos, según relató el director, y a Vito lo conocieron de casualidad. Porque no había ido al casting, pero su madre lo convenció de presentarse (en Cultivos de Quilmes refirió que le había prometido un helado a su hijo si se presentaba).
Así fue y el director quedó conmovido por la espontaneidad de Vito. Eso Castro Godoy lo plasmó en la película, porque muestra los silencios, las broncas, la vulnerabilidad de Vito, el choque con el nuevo lugar de vivienda, y los fantasmas de querer volver a su casa porque ahí estaban "sus animales".
El director ha sabido construir una película donde valen como nunca los silencios del niño, su universo tan especial, su cambio de habitat y el mundo diferente al que se enfrenta y que rechaza. El deseo de escapar siempre está latente en Damián, y al final se encuentra con la decisión de su vida...
La película merece verse, hoy y mañana está la posibilidad en el Municipal desde las 20, con entrada libre y gratuita. Ojalá que el público quilmeño lo entienda y se acerque en buen número al cine, porque la película vale la pena.
Un dato: Vito que nunca había actuado ni lo imaginaba, ahora comenzó a estudiar teatro en Santa Fe.
ALGUNAS CRITICAS
Sobre la película Ezequiel Boetti, de OtrosCines.com dijo que "Rinoceronte evita tanto el regodeo en la desgracia como la posibilidad de salidas fáciles, dando como resultado un relato que, entre tanta oscuridad, propone un desenlace un tanto amargo, pero luminoso y humanista.
En Página 12, Diego Broderson sostuvo que "Castro Godoy cuenta una historia universal con pinceladas locales a partir de un guión preciso e inteligente, que esquiva los golpes debajo de la cintura, pero también la idealización...".
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