BERNI VS. FERNANDEZ: ¿Y DONDE ESTA LA SEGURIDAD...?

 Por Eduardo Menescaldi


La pelea pública entre los dos responsables de la seguridad en los lugares más importantes del país pone en el candelero de la opinión pública lo que significa esta materia en este momento de la Argentina.

El titular de la Nación, Aníbal Fernández, dice que su par de la provincia de Buenos Aires miente. Agrega que nunca le pidieron gendarmes y deja picando la sensación de que dos militantes de un mismo sector no se llevan para nada bien y están dispuestos a mostrar esas broncas por doquier, mientras el tema de sus áreas sigue provocando situaciones lamentables, como ocurrió por ejemplo con el asesinato del chofer de la línea 620, Daniel Barrientos, que estaba a un mes de jubilarse y que fue asesinado en una situación que genera mucha desconfianza.

En ese sentido, el titular de la provincia, Sergio Berni, dejó picando la duda cuando dijo que no sabía si no le tiraron un muerto. Gravísima expresión que deja al ciudadano común en una situación de ascuas.

Berni acusa a Aníbal diciéndole que le pidió gendarmes antes de la pandemia, y agrega que su par de la Nación miente, pero lo que mas preocupante es que el (por Anibal) se crea su propia mentira.

Mientras los dos máximos responsables de la seguridad, en la Nación y en la provincia, se pelean al mejor estilo Pimpinela, la materia continua desprovista y los hechos de inseguridad se multiplican por doquier. Con el agravante de que si llega a ser cierto que el asesinato del colectivero fue un "muerto" que le tiraron a Berni, evidentemente nos encontramos en un momento terriblemente grave del funcionamiento de la Nación.

Hay un montón de circunstancias que rodean a este episodio. Desde el propio Berni bajando en helicóptero para enfrentar a colectiveros muy enojados por el asesinato de su compañero hasta la repudiable agresión al ministro, que tenía apenas la custodia de dos policías de la Ciudad que se vieron en figurillas, y que finalmente lograron  que se sume la infantería para sacarlo de ese infierno. Y aunque Berni no quisiera y se mostrara como un Rambo argentino -dijo que se lo llevaron arrastrándolo y justificó el protocolo de la policía ciudadana- lo que queda del triste episodio es la precariedad con que se manejan los que tendrían que estar a cargo de la seguridad nacional y de la provincia mas importante del país.

Mientras Aníbal y Sergio se pelean como dos chicos caprichosos, el hombre común no sabe cómo vivir frente a los hechos de inseguridad que se repiten todos los días, sobre todo en el Conurbano profundo. No hay que dirigirse a Rosario para saber del flagelo del narcotráfico, los soldaditos, los robos, los hechos de violencia, etcétera. Tanto Aníbal como Sergio tendrían que reunirse a solas, aclarar todos los temas y ponerse a trabajar en este año electoral, porque la inseguridad es uno de los episodios que mas sacude a la población. 

De lo contrario, se seguirán viviendo situaciones como la ocurrida ayer, y mucho mas en medio de las campañas políticas. Porque, vale repetirlo, si es verdad lo que supuso Berni ("no sé si nos tiraron un muerto") estamos en el horno. Cuatro décadas de democracia necesitan que los responsables desde el gobierno y la oposición se pongan los pantalones largos y se dejen de joder con el "jueguito para la tribuna".

Ojalá que de una vez por todas llegue a gobernar el sentido común, aunque parezca que sea el menos común de los sentidos.


Comentarios