Por Eduardo Menescaldi
Hoy, 2 de Abril, además del día de las Malvinas, se recuerda que se cumple una década de aquella trágica inundación de La Plata, que produjo nada menos que 83 muertos y múltiples inundados.
En ese momento era presidenta de la Argentina, Cristina Kirchner, la actual vice (o presidente según se miren las cosas). El desborde del arroyo El Gato sirvio para que concurriera al lugar la mandataria, y sinponerse colorada recordar tiempos de adolescencia, cuando vivía en La Plata y "la ciudad se inundaba". En lugar de condolerse por la tragedia, decía que ella también había padecido las inundaciones de El Gato.
Como todo tiene que ver con todo, como diría Pancho Ibáñez, lo mencionado lo podemos enlazar con el momento que vive el jefe de la Iglesia Católica, quien hoy está liderando la misa del Domingo de Ramos en la iglesia San Pedro, de Roma, Italia.
Con sus actos minimizó los problemas de salud, que en los últimos días conmovieron al mundo y que el se encargó de desechar y bajarle los decibeles.
Sin embargo, antes de su internación le dio una entrevista al periodista estrella de C5N, el canal kirchnerista por antonomasia, y en esa nota habló de lawfare, señaló que avanza La Derecha en los gobiernos populistas latinoamericanos -Argentina, Brasil, etcétera- y se dio el gusta de confesar que había estado charlando con "un gran jurista argentino, de trascendencia internacional, ex miembro de la Suprema Corte" -no mencionó de quién se trataba pero dejó picando la realidad, o sea, hablaba de Zaffaroni- y comentaba que este jurista estaba preocupado por ese avance de La Derecha.
El Papa, que no suele hablar de política en sus discursos, como jefe de la Iglesia católica, sin embargo aquí se mostró en ese barro y no ocultó entonces su cercania con el peronismo y por qué no, con el cristinismo. Como diciendo que a la líder de esa fuerza se la está persiguiendo sin pruebas, como ocurrió con Lula en Brasil o con otros líderes populistas.
Por esto no debe extrañar que uno de los "amigos" del Papa y referente, Juan Grabois, actúe como lo hace, incluso con la cadena desprendida como cuando en la entrevista con la periodista Cristina Pérez se descargó con una catarata de insultos impropios de "un amigo del Papa".
El senador Oscar Parrilli, genio y figura de su jefa, CFK, llamó a una movilización a la Suprema Corte para el 13 de abril a fin de reclamar la absolución de Cristina antes del 24 de junio, fecha de presentación de candidados. Da por su asegurado que no puede postularse porque "está proscripta", cuando la realidad muestra que eso no es así, porque no hay condena firme y eso puede llegar a ocurrir dentro de meses o años. Mientras tanto puede presentarse... aunque lo que la jefa le pide a Parrilli es que se la condone de cualquier causa judicial, fundamentalmente de la de Vialidad y los seis años de condena.
Todo este combo que conforma esta opinión sirve para entender el momento que vive el país, en las cuatro décadas de la vuelta de la democracia moderna. Un año electoral, la pobreza que crece en forma exponencial, la inseguridad, una beba que muere en la puerta de la casa de Gobierno -una bofetada dramática al poder- y mucho mas -incluso el fallo de una jueza en Estados Unidos sobre la estatización de YPF y los millones de dólares que tendrá que pagar el país por una decisión que fue justamente con el gobierno de CFK y su ministro de Economía, el hoy gobernador bonaerense, Axel Kicillof, uno de los precandidatos a presidente del oficialismo- todo un combo que obliga a los que mandan y a los que pretenden hacerlo después del 10 de diciembre a poner todas las fuerzas por el bien de la Argentina.
El periodista Jorge Fernández Díaz hoy habla del argumento del filme Infierno en el Pacífico, que se basa en dos sobrevivientes de la segunda guerra, un norteamericano y un japonés, que viven la guerra en una isla desierta y desatan las pasiones y los sentimientos de la furia del conflicto bélico... Habitantes de la grieta, se odian y se aman, con igualdad intensidad hasta que pueden salir de ese infierno y cada uno va por su lado.
Hoy la Argentina tendría que tomar este dato y buscar la fórmula que de alguna vez por todas supere la grieta y encuentre el camino hacia un país que merezca ser vivido.
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