Evidentemente, Cristina Kirchner se da cuenta que el poder se le escurre de las manos y por eso apela en estos últimos meses de su gobierno a cometer errores increíbles.
Por ejemplo, hace unos minutos en las redes quiso comparar el atentado que sufrió el 1 de setiembre del año pasado con el asesinato del chofer de colectivos de la línea 620, Daniel Barrientos.
CFK dijo que el atentado que ella sufrió se puede comparar con la muerte del chofer, lo cual parece un despropósito o bien una nueva forma de victimizarse y creerse el centro de la historia.
Debe investigar la justicia pero todos los indicios sostienen que la muerte del chofer fue uno de los tantos hechos de inseguridad que azotan el Conurbano, sobre todo el municipio de La Matanza, donde todavía se espera que el intendente Fernando Espinosa o la vicegobernadora Verónica Magario, ex intendenta de La Matanza.
El gobernador de Buenos Aires pretendió seguir la tesis de su jefa pero su relato se chocó con lo que cuentan los testigos, e incluso el video, porque nunca hubo un auto que cruzó al colectivo como imaginó Axel Kicillof, y tampoco se puede enlazar este hecho con una reunión que días atrás mantuvo Patricia Bullrich con colectiveros, que mostraban su preocupación por los hechos de violencia que sufrían cuando conducían las unidades.
El propio ministro de Seguridad de la provincia, Sergio Berni, habló primero de un hecho de inseguridad, minimizó la agresión que sufrió de choferes enojados, pero después cambió radicalmente su relato, porque, como es evidente, se comunicó con CFK, quien le dio la orden de hablar de emboscada, etcétera.
Ahora CFK, tras mirar las imágenes increíbles de la detención de uno de los choferes presuntamente agresoes de Berni, se escandalizó al observar a una enorme cantidad de efectivos de la policía bonaerense, deteniendo al chofer en un operativo, que como dijo CFK, parecía estar dirigido a un narco.
CFK se indignó y aquí fue que se victimizó y comparó ese operativo con el caso del atentado que sufrió en setiembre. Dijo que la policía (de CABA) trató mucho mejor a los "copitos", acusados del atentado a la vicepresidenta, que al chofer detenido (por la policía de la provincia, que comanda precisamente Sergio Berni).
Con todo el respeto que corresponde, le decimos a la vice que la muerte del chofer Barrientos -todavía no se conoce algún mensaje de ella dando las condolencias a la familia del asesinado- no se puede comparar en ningún punto de vista con su caso.
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