El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, fue rescatado por policías de la Ciudad de la agresión que sufrió de colectiveros que protestaban por el asesinato de un compañero en La Matanza.
En la zona de la General Paz y ruta 3 se presentó el funcionario para hablar con los colectiveros que protestaban -por la muerte de un chofer hubo paro de colectivos- y de un diálogo que empezó duró y se fue caldeando con el correr de los minutos. Después llovieron las agresiones con piedras, objetos, patadas, el ministro mostró sangre en su rostro.
Solo dos policías de la Ciudad lo custodiaban y cuando las cosas se complicaron, llegó la infantería de la Ciudad. Ahí se desmadró la situación y el ministro volvió a sufrir los efectos de las agresiones, que derivaron que fuera sacado del lugar en un coche, en medio del caos. Berni aparecía lastimado, sangrando, al borde del desmayo y aunque pedía tranquilidad y que le permitieron "dialogar" con los manifestantes, la situación había desbordado todas las posibilidad de diálogo.
La inseguridad volvió a sacudir el avispero, con el asesinato del chofer Daniel Barrientos, de la línea 620, que fue esta madrugada en Virrey del Pino, partido de La Matanza, uno de los distritos con mas problemas en este rubro. Habrá que ver qué dice el intendente Fernando Espinosa, el gobernador Axel Kicillof y la propia vicegobernadora, Verónica Magario, que es oriunda de esa comuna (fue intendenta en un período anterior).
De todas maneras, este episodio de violencia e inseguridad, que estalló con la bronca de los choferes cansados de los hechos de violencia que sufren y de que expongan su vida cada vez que salen con su unidad, pone sobre el tapete los verdaderos temas que deberían resolver los que mandan, tanto del oficialismo como de la oposición.
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