Por Eduardo Menescaldi
En un video, quizás con la misma mecánica con que los suele presentar quien lo ungió, Cristina Kirchner, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, anunció que no irá por la reelección. Aunque sea la crónica de una decisión esperada, la realidad es que es el primer presidente que no va por la reelección en estas cuatro décadas desde la vuelta de la democracia.
Presentó el video horas antes de una reunión del Consejo del Partido Justicialista, y evitó que ese encuentro, que el presidió, pasara a ser un calvario para el.
Atrás quedaban los aprietes, como el de su ministro del Interior, Wado de Pedro, quien reiteró el latiguillo de la jefa al recordar que "hay funcionarios que no funcionan".
Alberto no fue tampoco demasiado sumiso a quien lo eligió a dedo, porque le habló en forma sesgada cuando dijo que la lapicera la deben tener los militantes. Vale recordar que CFK en una oportunidad le dijo: Alberto, usá la lapicera...
Ya Máximo Kirchner ayer en un acto salió a defender a su madre para aclararle a Alberto que la lapicera siempre la tienen los militantes.
Chicana va, chicana viene, los muchachos se entretienen.
Mientras el oficialismo ofrece el panorama de un gobierno de tres patas y disruptivo -Alberto y su decisión, Cristina que amenaza con un acto el jueves en La Plata, con la incógnita de los pasos a seguir, y Sergio Massa tratando de controlar una economía desenfrenada, con un dólar que no se estaciona- está la gente, el ciudadano común, el que se ve en figurillas para llegar a fin de mes.
Este ciudadano que encontró en el cantante Alejandro Lerner un auténtico intérprete de sus angustias en esa carta que publicó y que se viralizó. Sintetizó el hartazgo, la desilusión, la crisis como moneda corriente en esta democracia que supimos conseguir, las peleas palaciegas en el poder y en definitiva, como dijo Lerner, la enfermedad del poder que enceguece a los que lo detentan.
Aquí hay que sumar el rol de la oposición. Juntos por el Cambio y sus peleas, que preocupan a quienes esperan que el país se encamine por aguas menos encrespadas, y el crecimiento de la imagen de Javier Milei, quien concentra a los que se hartaron de "la casta" como define el libertario.
El 24 de junio será el cierre de listas y alianzas, el 13 de agosto las PASO y el 22 de octubre, las generales. El pueblo tendrá que decidir el rumbo que quiere para el país. Pero antes de ello hay que llegar a esas fechas, lo que significa la necesidad de que gobierne la sensatez y el sentido común, que muchas veces no es el menos común de los sentidos.
El país necesita patriotas. Hombres y mujeres que estén dispuestos a brindar al ciudadano el servicio que significa integrar el gobierno y el Estado, para servir a los demás y no para servirse a uno mismo.
Argentina, después de que el Titanic chocó el iceberg, necesita que los tripulantes que están en el barco se ocupen de atender a los protagonistas de la tragedia y no que la orquesta siga tocando mientras el buque se hunde... Ojalá aparezca el piloto de tormentas capaz de enderezar el rumbo.
PD: La realidad es que pese a todo Alberto Fernández sigue siendo el presidente, por lo menos hasta el 10 de diciembre, tiene la lapicera y debe remar el gobierno para llegar a las elecciones y al cambio de gobierno lo mejor dentro de lo posible. Salvo que lo obliguen a renunciar también a la presidencia... lo que sería traumático, porque todos sabemos quién lo reemplazaría ...
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