Desde hoy viernes Quilmes apela a la nostalgia porque uno de sus boliches emblemáticos, Kethal, ha vuelto al ruedo, en Ezpeleta, calle Mitre al 4800.
Música, gastronomía, son algunas de las propuesta del local, que lleva sobre sus espaldas una historia con sabor a leyenda.
Se trata de la leyenda de la mancha de café en un vestido. Según ella una vez un joven fue a bailar a ese lugar y conoció a una joven de vestido blanco.
Hubo onda entre ellos, pero en un momento se volcó el café de ella y le manchó el vestido. El joven decidió acompañarla hasta su casa después del baile, y fueron hasta la esquina de la vivienda, porque ella no quería que se enteraran sus padres.
Al día siguiente el joven, que estaba conmovido por esa chica que había conocido en Kethal, concurrió al domicilio de ella pero lo recibió la madre, quien le refirió que su hija había muerto tiempo atrás. El joven no le creyó, le contó su historia del día anterior. La madre le pidió que lo acompañara hasta el cementerio para ver la lápida donde reposaban los restos de la chica.
Así fueron y en el lugar se encontraron que estaba el vestido con la mancha de café.
Esa leyenda fue transmitida por distintas generaciones en torno a este boliche, que estuvo cerrado durante varios años y hoy ha vuelto a funcionar.
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