Por Eduardo Menescaldi
Nuestro país no se merece estar padeciendo los males que lo azotan. Lamentablemente, cada día parece incrementarse el nivel de locura que instauran los que mandan.
La Argentina es sede de un foro de derechos humanos y hoy se escucharon frases que orillan con el abismo.
A veces hay que preguntarse si los que hablan tienen sus facultades mentales alteradas o dicen lo que dicen porque realmente lo sienten.
Escuchar al ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, prófugo de la justicia y con el reciente antecedente de una movida oscura para lograr que se escape a Venezuela una condenada, que estaba asilada en la embajada argentina en el país de Correa, dice sin ponerse colorada que al ver a Cristina Kirchner sentía que resumía la alquimia entre Evita y San Martín. Por supuesto, nunca va a poner el acento en que la personalidad de la alquimia... está condenada.
La citada por Correa no se queda atrás y también dice, sin ponerse colorada, que las sentencias las ponen los medios y los jueces solo se limitan a acatarlas, arrasando con la función del Poder Judicial y mostrando una total desverguenza por el sistema democrático, la República y la división de poderes.
Antes en el mismo cenáculo el inefable senador Oscar Parrilli le daba rienda al ventilador y como buen ventríloco de su jefa decía barbaridades de los jueces, con frases que no se pueden entender en alguien que alguna vez cursó la carrera de abogacía.
Mientras el grupo de Puebla se reúne en el Centro Cultural Néstor Kirchner, el socio de CFK,, el elegido a dedo a través de un tuit, da un discurso en Chaco y pide a los que lo escuchan que sueñen con el... Alguno con ironia pensó que se trataba de una pesadilla mas que de un sueño.
El tercer eje de este gobierno tripartito y mas Pimpinela que nunca, Sergio Massa, dispone la intervención de la empresa eléctrica Edesur -nunca lo haría con la otra, Edenor, administrada por sus amigos Manzano, Vila y Filiberti- y no se lo comunica al presidente, que se entera de la nueva por los medios, con la designación de Jorge Ferraresi en esa función (hoy intendente de Avellaneda pero ayer ministro de Alberto Fernández).
Tanto la vicepresidente como el presidente, -lo mismo podría decirse del ministro de Economía que convocó para mañana a los bancos para tratar de contener la fuga interminable de un dólar que sigue subiendo y hoy se estacionó, versión blue, muy cerca de aquellos 400 pesos que en julio de 2021 había adelantado el empresario Roberto García Moritán- aparecen como queriendo retener un poder que se les escurre como agua entre las manos.
Mientras los problemas a resolver les pasan por adelante y los ignoran -inseguridad, desempleo, pobreza, narcotráfico, peleas internas, cruces entre dirigentes sin tapujos, etcétera- los que mandan están en el juego chico, en la chicana, en ver quién la tiene más larga y el país, la Argentina-Titanic, sigue navegando por aguas encrespadas con un iceberg que está cada vez más cerca...
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