El Gran Capitán, José de San Martín, está ligado a Quilmes y así vale mencionar el recuerdo del profesor de Historia y miembro de número de la Academia Nacional Sanmartiniana, Jorge Olarte (foto).
San Martín antes de regresar definitivamente a su exilio en Francia pasó por Quilmes.
Hay una ordenanza que sancionó el Concejo Deliberante que autorizaba al Departamento Ejecutivo a reasignar las partidas necesarias para ser cumplida: instalar una réplica de la Pirámide de Mayo en la ribera quilmeña para recordar el pasó de San Martín por Quilmes.
La ordenanza contó con el respaldo del general Diego Soria, titular del Instituto Nacional Sanmartiniano.
Según la iniciativa la pirámide deberá ser levantada en el sector de la ribera, ubicada en la intersección de Cervantes y Olavarría, donde el murallón tiene una hermosa saliente que servirá para resaltar el emplazamiento de la citada pirámide. Podría ser vista no solo desde tierra sino también desde las playas.
Pasaron muchos años y todavía no se cumplió la ordenanza. Sería para recordar que en su regreso al exilio San Martín, con la mirada perdia, llevó en sus retinas al incipiente poblado de Quilmes.
San Martín, como tantos próceres argentinos, murió lejos de su tierra en la que había luchadol por la independencia.
De ese extenso territorio en el que se enfrentó no solo al imperio español sino a las autoridades rioplatense que lo dejaron sin respaldo en plena contienda.
Una profunda investigación del profesor Jorge Olarte permitió confirmar que Quilmes fue la última mirada que tuvo el Libertador aquel 9 de febrero de 1829, antes de partir al exilio definitivo.
Una publicación del diario La Gazeta del martes 10 de febrero de 1829 decía que de acuerdo a noticias aparecidas en el periódico La Gazeta Mercantil de ese martes, ayer a la mañana zarpó de las balizas interiores el bergantín donde viajaba San Martín.
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