La previsiones del ministro de Economía, Sergio Massa, de la posibilidad de reducir el índice de inflación al 3 por ciento en el mes de marzo o abril, recibieron una fuerte respuesta contraria con el número que se conoció ayer para febrero: el 6 por ciento.
Quien puso la pelota económica contra el piso y desalojó las utopías que anunciaba Massa fue el viceministro de Economía, Rubinstein, quien fue realista y aseguró que recién el número con el que soñaba Massa podrá aparecer a fin de año.
El viceministro siempre ha sido el difusor de la verdad económica, y ahora justificó el número del 6 por ciento por distintos factores que tuvieron aumentos: frutas, verduras, también factores estacionales y climáticos, colectivos, gas, agua, tabaco, cable, medicina prepaga y el impacto de los servicios de turismo por las vacaciones.
Para el mes de marzo se espera un índice similar a febrero o quizás superior, por la incidencia de los aumentos de la carne, que no participaron del índice de febrero. Además todo el tema de la vuelta del ciclo escolar y la compra de los útiles que eso implica.
Lo cierto es que el índice con el comienzo del número 3 ahora quedó postergado para fin de año, no debiéndose olvidar la cuestión electoral, porque habrá PASO en agosto y generales en octubre.
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