SANTIAGO CAFIERO Y SU CENSURABLE DEFINICION DE LA ASONADA EN BRASIL


 Evidentemente, el canciller argentino Santiago Cafiero (foto) representa a un sector muy reducido de los argentinos y lo hace con sus expresiones fuera de lugar.

De todos los ámbitos del espectro político argentino se repudió el intento de golpe ocurrido ayer en Brasil, con un grupo de partidarios del ex presidente Jair Bolsonaro que procuró derrocar al gobierno democrático recientemente asumido en el país hermano, encabezado por Luiz Lula Da Silva, quien encaró su tercer mandato.

Cafiero dijo muy suelto de cuerpo que el intento de Brasil fue una maniobra de la derecha antidemocrática y como no podía ser de otra manera, puso el acento en el ya acostrumbrado latiguillol !Ah, pero Macri! para decir que en el país esa derecha golpista la encarna Mauricio Macri.

Lo que le debe haber dolido al polifacético funcionario -seguramente si viviera su recordado abuelo Antonio se hubiese enojado con el nieto- es que Macri haya repudiado la acción golpista pero a la vez haya puesto el acento en lo que pasa en nuestro país, donde los que se encolumnan con el presidente Alberto Fernández, incentivados por la decisión de la vicepresidente Cristina Kirchner, enojada por haber sido condenada a seis años por corrupción en la causa Vialidad, pretende quebrar el principio de división de poderes y suman un intento de juicio político a los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por sus fallos.

Curiosa interpretación de la vida democrática y repúblicana del kirchnerismo duro, que desde sus orígenes en Santa Cruz -provincia en la que cooptaron la justicia, la prensa, persiguen a los opositores y no dejan que haya otras opiniones- mostró una voracidad por el poder sin límites, arrasando con las instituciones y manifestándose como un Moloch insaciable siempre en búsqueda de nuevas víctimas.

La Nación que tiene que respetar el mandato constitucional, la división de poderes, las bases de la República no puede admitir que el kirchnerismo se convierta en el gran paladín de la falta de respeto a la Carta Magna y a las instituciones.

Al canciller Cafiero habría que preguntarle qué piensa de los Tailhade o Moreau de la democracia, o los Quintela o Zamora de los feudos provinciales, o los medios hiperoficialistas como El Destape radio, donde hizo estas declaraciones. ¿No aportan también condimentos para poner en riesgo el sistema democrático?

Comentarios