Por Eduardo Menescaldi
El Sumo Pontífice, el Papa Francisco, habló de la Argentina en una extensa entrevista con una agencia de noticias norteamericana (The Associated Press).
Y dejó picando una frase como condimento del postre. Porque remarcó la pobreza y la inflación que hay en nuestro país, y la comparó con la época en que dejó el secundario en 1955, cuando gobernaba Juan Perón, en que la cifra era de apenas el 5%. Hoy, dijo, orilla el 52%.
Pero eso no fue todo. Jorge Bergoglio, argentino él, se dio el gusto de hacer lío, como alguna vez proclamó al mundo. Y sostuvo un chiste teológico-cultural, según su lectura, que habla de los ángeles custodios de los distintos países y las quejas porque Dios les dio poco de riqueza a cada uno de los países y sin embargo... a la Argentina le dio todo, léase ganadería, agricultura, minería, paisajes...
Sonrió el Papa, con esa picardía propia y sabiendo que su palabra no iba a caer en vano en los argentinos y el gobierno nacional ("Me van a odiar... pero es verdad"), expresó que Dios pensó un poco y respondió a los ángeles que protestaban: Para equilibrar... les di a los argentinos.
Toda una definición de sus compatriotas. No olvidar que alguna vez corrió el chiste acerca de cómo se suicidaba un argentino: se sube a la altura de su ego y después, se tira al vacío.
La cosa pasa por tratar de entender por qué hoy el Papa se pronunció de esta manera sobre la Argentina.
Dicen los medios que están quebrados los lazos con el presidente Alberto Fernández y con la vicepresidenta, Cristina Fernández.
Los kirchneristas, del núcleo duro de CFK, buscarán seguir distanciándose del presidente -no olvidar que fue elegido a dedo por la propia Cristina- y así no sorprende que el actor K, Darío Grandinetti publique sin ponerse colorado que su deseo es que vuelva Cristina en el 2023...
Habría que recordarle al actor que ella nunca se fue y que pertenece a este gobierno, que por más que siga con el latiguillo "ah pero Macri", como respondió la vocera presidencial, Gabriela Cerruti al Papa, la realidad es que los Fernández gobiernan, al menos hasta el 10 de diciembre.
El Papa debió entrever, en base a los datos que recibe todos los días de su país, que las cosas están cada vez más complicadas.
Indignan las cifras de pobreza e indigencia, la inseguridad, la desocupación, el amplio espectro de trabajo formal, los planes sociales, los piqueteros, etcétera, en el marco de un año electoral.
Si eso no alcanza, entonces podría decir el Papa que se viene la sentencia a los ocho implicados en el asesinato del pibe Báez Sosa, con la posibilidad de cadena perpetua para todos, o poner el acento en el caso del chico Lucio asesinado en La Pampa por su madre y su pareja...
Pero también el Papa podría poner el énfasis en el avance brutal del Poder Ejecutivo sobre la Corte Suprema, con el pedido de juicio político a los cuatro miembros del alto tribunal, que van a ser juzgados por una vía que atraviesa la Constitución nacional y la división de poderes... todo porque los fallos de la Corte no satisfacen a los kircheristas, abrumados por que la jefa ha sido condenada por la causa Vialidad y podría serlo por otras causas.
Hoy precisamente comenzó a sesionar la multitudinaria Comisión de Juicio Político con sus 31 integrantes -16 del oficialismo y 15 de la oposición- y como se dijo desde la oposición se anticipa un "circo mediático" solamente alimentado por el oficialismo para satisfacer la voracidad judicial de la vicepresidenta, que se tradujo en el anuncio del 1 de enero del presidente Fernández.
El Papa, que este año va a cumplir una década al frente de la Iglesia -todavía se recuerda aquel 10 de marzo de 2013 cuando la fumata del Vaticano grito BERGOGLIO a la hora de nombrar al nuevo Pontífice- quizás haya querido hacer un llamado a los argentinos en estos tiempos en que la grieta lo inunda todo.
Los argentinos podremos ser campeones mundiales de fútbol (el Papa es de San Lorenzo), tener cinco premios Nobel en la historia, haber generado figuras mundiales del deporte como Diego Maradona, Lionel Messi, Guillermo Vilas, Gabriela Sabatini, Roberto De Vicenzo, Juan Manuel Fangio..., científicos de la talla de un René Favaloro ... y muchísimo mas, pero hoy tenemos enfrente un desafío enorme.
Este año se cumplen cuatro décadas del retorno de la democracia, que tanto costó conseguir, con tanta sangre derramada. Precisamente hoy el cine argentino vuelve a estar en el candelero mundial con "Argentina 1985", la película de Santiago Mitre, seleccionada junto a otras cuatro extrajeras por el premio mayor, el Oscar, un filme que recrea lo que también puso a la Argentina en el primer lugar en la historia del mundo, con el inédito juicio a las juntas militares. Vale mencionar que "La historia oficial" y "El secreto de sus ojos" también fueron filmes argentinos que ganaron el Oscar.
Todo este comentario apunta a la necesidad de que los argentinos, cualquiera sea su ideología, pensamiento, credo, religión, necesitamos hoy más que nunca responder al reclamo de un Papa que parece estar decepcionado con lo que muestra el país, que puede resumirse en una grieta difícil de romper.
El presidente dijo que está en riesgo la democracia, el Papa pareció responderle de la misma manera, aunque seguramente ese riesgo no se resuelve arremetiendo contra la Corte, los derechos humanos, los medios, la oposición, sino tendiendo redes para que todos podamos pescar en el mismo mar, donde no sean lo tsunamis de la intolerancia los que arrasen con la voluntad de todos de construir un país que merezca ser vivido.
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