LA NUEVA MADURESCENCIA, PARA LOS QUE ESTAN ENTRE LOS 50 Y 70

 Del querido colega reportero gráfico Sergio Pablos recibimos este interesante artículo que habla de la Nueva Madurescencia, y pone el énfasis en quienes orillan hoy entre los 50 y los 70 años.

Comienza diciendo que si se mira con cuidado se puede detectar la aparición de una franja social que antes no existía: los que hoy tienen entre 50 y 70. Esta generación ha echado del idioma la palabra "envejecer" porque sencillamente no está entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo.

Es una novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que suergió a mediados del siglo pasado para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse ni cómo vestirse.

El nuevo grupo humano que está entre los 50 y los 70 ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.

Se trata de hombres y mujeres independiente, que trabajan desde hace mucho tiempo y lograron cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepteo del trabajo. Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso.

Supuestamente debe ser esteo que se sienten plenos; algunso ni sueñan con jubilarse. Los que ya se jubilaron disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro.

Disfrutan el ocio porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía o ver volar una paloma desde el quinto piso del departamento.

Dentro de ese universo de persoans saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando sus madres habían sido educadas a obedecer y ahora pueden ocupar lugares en la sociedad que sus madres ni habrían soñado en ocupar.

Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas. Algunas estudiaron una carrera universitaria junto con la de sus hijos, otras eligieron tener hijos a temprana edad, fueron periodistas, atletas o crearon su propio "YO, S.A.". Este tipo de mujeres nacidas en los 50 ó 60 no son ni por equivocación las clásicas "suegras" que quieren que los hijos les estén llamando todos los días, porque ellas tienen su propia vida y ya no viven a través de la vida de los hijos. Su camino no ha sido fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente.

Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas. Por ejemplo, que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de "cincuenta, sesenta o sesenta", hombres y mujeres, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hastra se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail con sus ideas y vivencias.

Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto sentimental. A diferencia de los jóvenes, los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: solo reflexiona, toma nota, a lo sumo... y a otra cosa.

La gente mayor comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativs, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo...

Ellos, los varones no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas, las mujeres, suean con tener la figura tuneada de una vedette. En lugaro de eso, saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.

Hoy, la gente de 50, 60 ó 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son. Hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 50, 60 y 70 de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo... hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que solo saben y sabrán los del siglo XXI.

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