Desde el gobierno nacional se hizo conocer que la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados de la Nación recién va a comenzar su intención de promover el juicio a los miembros de la Suprema Corte de Justicia después de que se reuna en el país la CELAC, el encuentro de jefes de estado de países latinoamericanos y del Caribe.
Como entre los presentes va a estar el flamante presidente de Brasil, Luis Lula da Silva y se pretende que no haya conmoción política, como podría ser la evaluación de los temas que va a analizar la citada Comisión, entonces se decidió que empieza a funcionar después de ese encuentro internacional.
Esa Comisión de Juicio Político, integrada por 31 diputados, 16 del oficialismo y 15 de la oposición, pretende hacer história (¿o histeria?) con un juicio que orilla la cornisa del sistema democrático, que pone en juego la división de poderes y que prácticamente atenta contra la República.
En un país donde son temas la inseguridad, la desocupación, la justicia, la inflación, el narcotráfico, la educación, etcétera, desde el poder se quiere desviar la atención de la gente por un show mediático que seguramente va a pretender ser el gran hermano político del año, justo en un 2023 en que habrá elecciones por doquier, ya que varias provincias tendrán sus comicios distinto de las elecciones nacionales y de las PASO.
Quiere decir que si por un lado hay un gobierno totalmente distanciado de la realidad, por el otro la gente se pregunta cómo se hace para llegar a fin de mes.
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