EL AÑO COMENZO CON EL BRASIL DE LULA Y SU TERCERA PRESIDENCIA


Luiz Inácio Lula Da Silva asumió su tercera presidencia de Brasil, con un multitudinario acto que contó con la presencia de unas 300 mil personas, tal como mostraron las imágenes desde el país vecino.

Entre los asistentes a la ceremonia se contaban el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, el canciller Santiago Cafiero y el embajador argentino den el país hermano, Daniel Scioli.

Como ocurrió en el 2015 en Argentina, esta vez el presidente saliente, Jair Bolsonaro, no quiso participar de la ceremonia democrática y prefirió viajar a los Estados Unidos. Más allá de las distancias ideológicas, las actitudes repudiables de Bolsonaro son comparables con lo que ocurrió en su momento con Cristina Kirchner, quien no quiso entregar los atributos de mando al presidente Mauricio Macri.

En su discurso, el presidente Lula dijo que va a gobernar para los 215 millones de brasileños. Habló de terminar con la grieta y las divisiones, y confesó el deseo de lograr que sus compatriotas puedan tener las tres comidas diarias.

Lula, con un discurso de centro izquierda, pareció apartarse un poco del lenguaje del kirchnerismo y de la Cámpora porque habló de unidad y de buscar todos un destino común.

En este sentido existe una gran confianza en que se fortalezcan las relaciones entre Brasil y Argentina. Alberto Fernández fue el primero en llegar al país hermano para participar de la ceremonia y hoy mismo se iba a encontrar con el flamante primer magistrado Lula. Además ya logró que Lula esté en la Argentina el 23 y 24 de enero cuando aquí se reuna la CELAC.

Lógicamente pareció un despropósito conocer simultáneamente de parte del presidente Alberto Fernández, un profesor de la facultad de Derecho que parece haber olvidado las normas fundamentales de la Constitución nacional en materia de división de poderes, la decisión de pedir el juicio político al integrante de la Suprema Corte, Horacio Rosatti (quien fuera ministro de Justicia durante el gobierno de Néstor Kirchner y con Alberto Fernández como jefe de gabinete).

Como ladero de Alberto, Santiago Cafiero habló del juicio político a los cuatro integrantes de la Suprema Corte, sin duda impulsados por la jefa, Cristina Kirchner, que pretende zafar sus causas judiciales pateando el tablero de la justicia y de la división de poderes. En fin...

Desde el kirchnerismo, con métodos que orillan la ilegalidad, se viene desplegando una campaña mediática contra los jueces y en ese sentido resulta preocupante y lamentable la actitud de un diputado nacional (?) e integrante del Consejo de la Magistratura, Rodolfo Tailhade, quien se pasea por los canales K para mostrar cómo se invade la intimidad de los funcionarios que no piensan como los K para ensayar campañas de difamación. 

Evidentemente, el retorno de Lula al poder es un buen indicio para las democracias sudamericanas y las relaciones argentino-brasileñas, e incluso demuestran que el hombre, Lula, ha sido respetuoso de las decisiones judiciales e incluso, condenado, cumplió con la justicia y fue preso. Algo totalmente diferente a lo que hace CFK, que no solo no acepta las decisiones judiciales -condena a seis años por la causa Vialidad- sino que arremete contra otro poder con argumentos que parecen echar por tierra lo que presuntamente estudió en la facultad de Derecho.

Ya estamos viviendo los primeros días del año 2023, muy especial porque es electoral. Fundamentalmente el pueblo argentino, a través de esa maravillosa herramienta que es el voto, será el que tendrá que decidir qué quiere para el país por los próximos cuatro años, aunque antes habrá que seguir soportando los dimes y diretes de este gobierno tripartito, con las idas y vueltas de Alberto, la cintura de CFK para zafar y el ajuste de Sergio Massa, que sueña con ser candidato si las cosas le salen bien desde la economía.

La oposición tendrá que unir fuerzas para evitar que desde el oficialismo se aprovechen las polémicas, y también habrá que poner el ojo el en el tercer postulante, Javier Milei, quien con un mensaje duro que se basa en terminar con "la casta política" puede llegar incluso a quedar en el ballotaje.

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