NAVIDAD Y AÑO NUEVO: EL MENSAJE DEL PADRE PABLO LAGUNA LLANO

 Como todos los años el querido sacerdote Pablo Laguna Llano, desde Bilbao, España, acercó el mensaje de Navidad y Año Nuevo.

"Si nos preguntamos cómo termina el 2022, recordando el  mensaje del año pasado, no hemos mejorado. Hay mas de lo mismo y como convirtiéndose en normalidad la anormalidad.

Se habla de una gran crisis económica. No hay tal crisis, la verdadera es la crisis de identidad, crisis de valores. Lo político, salvo honrosas excepciones se ha convertido en la astucia, la mentira y la sagacidad para mantenerse en el cargo, en el poder. Maquiavelo se quedó corto. El servicio a la Patria es pura retórica-excusa para concretar sus proyectos ideológicos y su permanencia en el poder. El papa Francisco, en sus tiempos de juventud cuando solo era jesuita, dijo muy acertadamente las ideologías nos dividen, nos destruyen, solo el dolor de la gente podrá unirnos.

Pero no hay voluntad política para acabar con el sufrimiento de millones de seres humanos. Cada día la brecha de la pobreza aumenta. Es curioso el apoyo con arma y dinero rápido a la guerra de Ucrania. Y lo vemos urgente de parar la locutra egocentrista y expansionista de Putín. Se trata de una lucha de poderes y bloques. De paso el negocio de las armas ha subido muchos enteros en la bolsa.

A dónde vamos los humanoides? Nos jactamos de nuestra razón, criterio y medida de todo. Al final Dios sobra, nosotros somos los nuevos creadores de un futuro sin límites. ¿Somos tan progresistas? ¿O estamos retrocediendo? Los que se llaman asimismo progresistas han olvidado que ese adjetivo se lo tenemos que poner los demas. Cuando alguien se lo recloama para si mismo no pasa de progresoide.

En la inteligencia militar somos más brutos, destructivos e inhumanos que el hombre del paleolítico. Era un ignorante, lo que más descubrió, que con una piedra o un palo en la mano se le aumentaba la fuerza para destruir al otro. Nosotros somos muy inteligentes. Hemos creado un poder destructivo que puede acabar con millones de seres humanos y si nos descuidamos acabar con el planeta. Hemos creado un arma letal que se ha convertido en nuestra propia amenaza. ¿Hemos avanzado? Embriagados de poder somos masivos, brutos, bastardos de la condición humana. Hemos dado marcha atrás. De ser plenamente humanos, ahora solo tenemos aspecto de humanos.

Hemos desarrollado nuestra propia religión con muchos altares. Rendimos culto al dios de la economía, sus dogmas son sagrados. Con el tener viene acompañando el dios del poder a los que une el dios de la ambición. Se busca el pensamienteo único y quien discrepe es excluido. Se busca acabar con la familia. La sexualidad ya no es diálogo humano, de personas que también se expresan corporalmente. No, ahora es diálogo de cuerpos que hablan y tienen sentimienteos. A esto se añade el culto al cuerpo. Analicen la mesa del consumismo y cuantos reclamos para tenerun cuerpo vigoroso, bello y atractivo. Lo importante de los pellejos,  mejor puestos o en declive es lo que guardan: a un ser humano, a una person. Una cosa es la autoestima y otra la espectacularidad hueca y vacía. Hay una superficialidad mediocre que nos indica una devaluación del proceso de evolución de la humaniddad. Si bien hay otras perspectivas como al medicina con verdaderos avances, aunque termina priorizando el negocio.

Hay todavía mucho bueno en  esta humanidad. Por eso, aguanta esta nuestra historia. Pero eso no es rentable. La vida de Jesús de Nazaret fue un loco. Cómo se le ocurrió hablarnos de un Dios misericordioso y regaló que ama a todos sin excluir a nadie. Cómo que habia que perdonar al enemigo y que habia que darse-gratuidad a cambio de nada? Cómo se le ocurrió decir que la autoridad es un servicio y no un dominio e imposición? Estaba loco, era políticamente incorrecto y se buscó su muerte.

Y ahora esta historia regresiva tiene el cinismo de seguir celebrando la Navidad. Y cada vez amplían más su duración. Las luminarias en las grandes ciudades y pequeños pueblos siguen colocando la estrella de Belén y el nacimiento. ¿Para qué? Esta es nuestra pregunta vital, qué navidad celebramos? Este año que termina hemos sido una Buena noticia en un mundo de tantas malas noticias?

La Palabra que proclamamos es la lectura correcta del libro o es la Palabra que ha pasado or mi vida, me ha transformado y me ha hecho ser Buena Noticia? 
Hablamos proque lo vivimos. Su vivencia en el seguimiento de Jesús el Cristo, la palabra queda deslegitimada, es hueca, está vacía, no es creíble. Jesús hablaba desde el Padre porque lo vivía.

Que en nuestras vidas hablemos de la Buena Noticia de Belén porque nuestro vivir diario se esfuerza por ser una Buena Noticia en un mundo de tanto dolor, exclusión y descarte. Paz entrañable a vuestros hogares".

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