LA SELECCION ARGENTINA, LA UNICA ALEGRIA QUE LLEGA AL PUEBLO

Debe ser el único motivo de alegría que respira en estos días el pueblo argentino. La selección de fútbol, sobre todo después de la exhibición de fútbol que dio anoche en Qatar, ha logrado que a lo largo y a lo ancho del país se viva un clima de festejos y de celebraciones.
Con el Obelisco como epicentro, pero también en otros lugares del país y del exterior. Incluso, sorprende por ejemplo los festejos en Bangla Desh, donde la selección albiceleste parece local.
Lógicamente, como decía el técnico Reinaldo Merlo, hay que seguir yendo paso a paso. El sábado se volverá a vivir el clima mundialista, cuando desde las 16 la Argentina enfrente al sorprendente Australia, que llegó al mundial tras ganar el repechaje a Perú.
En un país que espera con mucha ansiedad el fallo del Tribunal Oral Federal Nro. 3, que seguramente dará una condena a la vicepresidenta Cristina Kirchner -se habla de seis años en lugar de los doce que pidieron los fiscales- y que se preocupa por la reacción de kirchneristas fanáticos, que se montan en las expresiones de su jefa y no respetan la división de poderes, lo que genera la selección aparece como una manera única de superar la famosa grieta.

Dos personajes del kirchnerismo, como el dirigente Luis D´Elía y el sindicalistra Catalano, han sorprendido y puesto en jaque a la democracia incitando a la violencia y convocando a cortar rutas en todo el país, en el caso D´Elía y a paralizar el Estado, según reclamó el representante de ATE. 

En medio de este clima -se nota que estamos en diciembre- el mundial y la decisión judicial conforman un determinado combo, que ocupa y preocupa.
Ojalá que termine gobernando el sentido común y que los discípulos de la violencia, algunos enquistados en el gobierno, no terminen imponiendo sus bajos instintos.
CFK calificó al Tribunal como un pelotón de fusilamiento, una expresión realmente poco entendible de alguien que se la pasó diciendo que había sido una abogada exitosa y que pertenece a la clase judicial. El propio presidente de la Nación, Alberto Fernández, pareció haber olvidado su condición de profesor universitario en la Facultad de Derecho, y seducido por la voluntad de su jefa, ha tirado a los perros su formación para confundir a la opinión pública.

El ministro del Interior, Wado de Pedro, agregó más nafta al fuego, y habló de los medios y de los jueces que se "prostituyen" para decidir sus fallos. Todo un despropósito y una afrenta brutal a la democracia.
Cosas veredes, Sancho!!!

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