EL DIA DE LA DEMOCRACIA Y DE LOS DERECHOS HUMANOS: ALFONSIN Y MUCHO MAS


 Por Eduardo Menescaldi

Hoy, 10 de diciembre, es el día de la democracia y de los derechos humanos. Se recuerdan 39 años de la asunción del presidente radical Raúl Alfonsín, cuando regresó el mejor sistema de gobierno, la democracia, al país tras los duros años de la dictadura militar.

El 30 de octubre de 1983 se realizaron las elecciones, que consagraron la fórmula Raúl Alfonsín-Víctor Martínez, del radicalismo, que le ganó a la justicialista, que postulaba la dupla Italo Argentino Luder-Felipe Deolindo Bittel.

La dictadura había llegado el 24 de marzo de 1976, que derrocó al peronismo que encabezaba Isabel Martínez de Perón -la esposa del fundador del movimiento justicialista, Juan Domingo Perón, quien había fallecido el 1 de julio de 1974- y se extendió por trágicos más de siete años, con desaparecidos, torturados, gentes arrojadas desde los aviones, etcétera.

La guerra de Malvinas, entre el 2 de abril de 1982 y el 14 de junio de ese año, aceleró los pasos para el regreso de la democracia. Porque el general Leopoldo Fortunato Galtieri suponía que la recuperación de las Malvinas, que tuvo una enorme repercusión en todos los argentinos, con una Plaza de Mayo llena, le permitiría mantenerse en el poder por muchos años.

No fue así porque Inglaterra recuperó las Malvinas, por más que el general Galtieri desafiara a los británcios y al príncipe con aquello de que "venga el principito", y el golpe duro de la rendición determinó que rápidamente se produjeran los pasos hacia la vuelta de la democracia.

El año 83 fue el del retorno de la política, con los dos principales partidos que apostaban a asumir la conducción del país. Ganó el radicalismo de Alfonsín, con el lenguaje del preámbulo de la Constitución, aquel rezo laico que movía multitudes.

El justicialismo apostaba por el doctor Luder, quien en su momento no quiso asumir el gobierno cuando Isabelita estaba muy vulnerable, tras la muerte de su marido, Juan Perón, y el esoterismo del ministro gurú, José López Rega.

Ganó Alfonsín y rápidamente cumplió lo prometido: el juzgamiento de las juntas militares, en un hecho histórico e inédito en el mundo. Se conformó la Conadep, presidida por el escritor Ernesto Sábato, un organismo que se ocupó de recibir los múltiples testimonios de los detenidos y torturados por la dictadura militar, que contaron sus experiencias con todo el dramatismo y el horror que significaron por la agresión a los derechos humanos.

El juzgamiento a las juntas se extendió entre abril y diciembre de 1985, con la condena a cadena perpetua para el general Jorge Videla y el almirante Eduardo Massera, y otras condenas a otros integrantes de las tres juntas militares. La película "Argentina, 1985", del director Santiago Mitre, reflejó ese histórico juzgamiento a las juntas y recibió el apoyo de más de un millón de espectadores que vieron el filme.

Se cumplen 39 años de la vuelta de la democracia, con sus buenas y sus malas. Alfonsín prometía que con la democracia se iba a poder comer, curar, evitar la inseguridad, etcétera. Logró restaurar la política pero falló finalmente en la economía con el fracaso de los planes Austral y Primavera.

De ahí en más llegó desde La Rioja el caudillo Carlos Menem, prometiendo el salariazo y la revolución productiva. Con su ministro de Economía, el cordobés Domingo Cavallo y la instauración de la convertibilidad logró que durante años un peso fuera igual a un dólar. No terminó bien la propuesta y llegó la inflación, que determinó el triunfo de la Alianza en 1999. Duró poco lo que proponía el presidente Fernando De la Rua, que concluyó destruido por la oposición del peronismo, la inseguridad, el crack político con los dramáticos días del 19 y 20 de diciembre de 2001, que obligó al presidente a renunciar.

Llegó el peronista Eduardo Duhalde, junto a su ministro de Economía, Roberto Lavagna, se tranquilizaron las aguas y se generó el clima para que llegara desde la Patagonia el matrimonio Néstor y Cristina Kirchner, con un proyecto a larguísimo plazo, compartiendo el poder en forma alternativa.

Después de Néstor, llegó Cristina, pero la muerte de él complicó la situación, o mejor dicho, favoreció que "la viuda"ganara la reelección con el 54 por ciento de los votos.

Sin embargo, las denuncias de corrupción que comenzaron en el 2008, con las presentaciones de Lilita Carrió fueron erosionando las ilusiones de poder de CFK. Como para que en el 2015 fuera el ex presidente de Boca Juniors y jefe de gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, convenciera a la mayoría para llegar a la presidencia.

Macri intentó algún cambio pero no pudo lograrlo, porque nunca tuvo mayoría en ambas Cámaras y debió decidirse por el gradualismo, que terminó por socavar sus posibilidades. Las PASO sepultaron las aspiraciones macristas y la jugada de Cristina Kirchner, de "perdonar" a su ex jefe de gabinete Alberto Fernández -había sido muy crítico de la gestión de ella- para catapultarlo a la presidencia, ocupando ella el segundo lugar -en realidad una mascarada porque CFK siempre fue la líder- le valió a la fórmula de los Fernández la vuelta al poder.

Hoy, precisamente, se cumplen tres años de la asunción de Alberto Fernández, lamentablemente con una serie de elementos negativos que oscurece la percepción de su imagen. Es cierto que en marzo de 2020 llegó una inédita y extensa pandemia que conmovió al mundo, pero los resortes que se utilizaron para combatirla terminaron por diluir las posibilidades del presidente. Porque, no hay que olvidarlo, llegó a tener casi un 80% de imagen positiva, cuando junto al gobernador bonaerense, Axel Kicillof y al jefe de gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, conformaban un bloque compacto. 

Ese bloque se quebró, poco a poco Alberto Fernández se fue distanciando de Rodríguez Larreta, e incluso con la presión de Cristina , quien habló de la ciudad de "los helechos iluminados", donde ella vive, llegó el recorte a la Ciudad en cuanto a aportes -hoy el caso está a estudio de la Suprema Corte- y poco a poco el apoyo al presidente se fue diluyendo.

Hoy los Fernández tienen un 70% de imagen negativa, y las críticas son enormes, porque creció la inflación, la inseguridad, la vicepresidenta fue condenada a 6 años de prisión por corrupción en la causa de Vialidad, en un juicio que siguió todos los caminos que marca la justicia, en fin... 

En medio de este recuerdo -¿el presidente no hará ningún acto de celebración de estos tres años de su gobierno y 39 de la democracia?- se está jugando el mundial de fútbol de Qatar, con la selección argentina que está en las semifinales (juega el martes con Croacia). Una selección que se convirtió en el gran motivo y quizás uno de los pocos para que la gente salga a la calle en todo el país y festeje.

Como dijo el periodista Hugo Gambini en Clarín, tenemos una selección rica en un país pobre, los contrastes de una Argentina que está celebrando los 39 años de la vuelta de la democracia.

Argentina, un país que debe rendirse ante la medicina de la democracia, el mejor remedio político que se conoce. Con la República a flor de piel, la división de poderes como herramienta fundamental, aunque algunos no crean en ella, los argentinos nos merecemos una Patria que le de elementos para estar agradecido por vivir en ella. 

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