MONSEÑOR TISSERA PRESIDIO LA XXVII MISA DE LA ESPERANZA


Se realizó ayer la edición XXVII de la Misa de la Esperanza, en el Cruce Varela. La celebración fue presidida por el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera (foto).

El prelado dijo que desde 2018 en la diócesis de Quilmes se unió esta jornada mundial de los pobres a la tradicional misa de la esperanza. Ese año fue presidida por el nuncio apostólico, monseñor León Kalenga, el simpático congoleño que hoy sonríe desde el cielo.

La jornada mundial de los pobres este año aparece como una provocación para ayudar a reflexionar sobre el estilo de vida y tantas pobrezas del momento presente.

En un momento de la homilía el obispo Tissera dijo que el Papa Francisco encontró muchas dificultades en su ministerio, dentro y fuera de la Iglesia. Estar con los que sufren, hablar en su defensa ha provocado en el pueblo mucha alegría, pero en algunos sectores se nota el disgusto y a veces, se burlan de él.

En su libro "Soñemos juntos: el camino a un futuro mejor", Francisco dice: "Para recuperar la dignidad del pueblo necesitamos ir a la periferia a encontrarnos con todos aquellos que viven en los márgenes de nuestras sociedades. Allí se esconden perspectivas capaces de regalarnos un nuevo comienzo. No podemos soñar un futuro ignorando y no capitalizando las vivencias prácticamente de un tercio de la población mundial.

"Me refiero a aquellas personas y familias que viven sin trabajo estable, en la periferia de la economía de mercado. Son los campesinos sin tierra y pequeños agricultores, pescadores de subsistencia y trabajadores explotados de fábricas clandestinas, recolectores de basura y vendedores ambulantes, artistas callejeros, villeros y ocupantes ilegales. En los países desarrollados son los que viven de changas, sin lugar fijo, sin vivienda adecuada, con acceso limitado al agua potable y a la comida sana tanto ellos como sus familias. Viven todo tipo de vulnerabilidad. Organizadcos en un archipiélago global de asociaciones y movimientos son la esperanza de la solidaridad en una era de exclusión e indiferencia. En la periferia pude descubrir movimientos sociales, parroquiales, educativos, capaces de nuclear a las personas, volverlas protagonistas de sus propias historias y poner en marcha dinámicas con sabor a dignidad.

La Iglesia nació precisamente aquí, en la periferia de la Cruz, donde se encuentran tantos crucificados. Si la Iglesia se desentiende de los pobres deja de ser la Iglesia de Jesús y revive las viejas tentaciones de convertirse en una elite intelectual o moral. El camino a las periferias geográficas y existenciales es el camino de la Encarnación: Dios eligió la periferia como lugar para revelar en Jesús su acción salvadora en la historia.

La Iglesia ilumina con la luz del Evangelio, despertando a los pueblos a su propia dignidad, pero son los pueblos quienes tienen el "olfato" para organizarse a sí mismo.

El obispo destacó que el Papa Francisco haya nombrado en octubre al nuevo obispo auxiliar, Eduardo Gonzalo Redondo. "Desde aquí saludamos al padre obispo Eduardo y que nuestro cariño vuele a las alturas de Huancayo en Perú".

Digamos que estuvieron el obispo emérito de Río Gallegos y colaborador de la diócesis, Juan Carlos Romanín: sacerdotes y diáconos de la diócesis; el intendente de Florencio Varela, Andrés Watson; el director de cultos de la provincia de Buenos Aires, Juan Torreiro; la directora de cultos de Quilmes, Mariana Rodríguez; el secretario de gestión integral de Residuos Sólidos Urbanos de Quilmes, Roberto Gaudio.

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