Dicen que la debilidad de un acusado se muestra en su falta de capacidad para defenderse con argumentos fácticos referidos a los temas que integran la galería de acusaciones.
El caso emblemático que encierra esta afirmación es el caso de la vicepresidenta Cristina Fernández, que hoy pretendió defenderse con la difusión de supuestas veinte verdades que a su entender descalifican las acusaciones.
Sin embargo, hablar del partido judicial, de la persecución, del lawfare, del atentado que recibió ligándolo con la acusación de que es objeto, parecen indicar que confunde los tantos.
Nada dice de que han sido muchísimos los magistrados que participaron de la causa, y todos, curiosamente, coincidieron en los mismos términos. ¿Puede ser que todos los jueces y fiscales se hayan puesto de acuerdo para perjudicarla?
Nunca habla de las pruebas que en forma de tremenda avalancha se fueron presentando a lo largo del juicio. Tampoco recurre a argumentos fácticos -léase hechos- que hagan suponer que se le está armando una causa sin pruebas.
Así las cosas, la lógica determina que el próximo martes, cuando se conoza el fallo del tribunal, aparezca una condena, con la única duda de saber si finalmente se considera que hubo fraude y no asociación ilícita, o bien se suman ambos cargos y se le dan los doce años que pidieron los fiscales.
Lamentablemente, CFK quiere hacer creer, no solo a su núcleo duro sino a la opinión pública, que es inocente y que se la quiere acusar porque el partido judicial, el lawfare, la bronca del kirchnerismo o incluso el ah, pero Macri se pusieron de acuerdo en macabra confabulación para condenarla.
Comenzamos a vivir la cuenta regresiva. Habrá que ver qué reacción tendrá el kirchnerismo, qué pasará con la militancia y como dato de color, vale recordar que estamos en medio del mundial de Qatar y que Argentina juega maana con Polonia. Si gana, seguirá en carrera y jugará dentro de unos días por los octavos de final. Esto siempre dentro de una semana, la próxima, que tendrá el 6 el fallo y luego el feriado del 8 de diciembre por el día de la Inmaculada Concepción.
Curiosas vueltas del destino: fallo el 6... y luego aparecen el 7 y el 8. Otra vez el kirchnerismo... y 6, 7 y 8.
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