Ante unos diez mil militantes, la vicepresidenta Cristina Kirchner habló en la UOM de Pilar, en el que fue su primer discurso después del atentado que sufrió el 1 de setiembre en la zona de Recoleta.
No podía ser de otra manera, ante militantes que fueron llevados al lugar en un centenar y medio de micros, para que la funcionaria mostrar su bronca por el atentado y repartiera culpas a la hora de intentar buscar una razón para ese intento.
Los militantes, entre los que estaba el gobernador bonaerense y la jefa comunal de Quilmes, Mayra Mendoza, disfrutaron de las palabras de la jefa y terminaron cantando !Cristina presidente!.
Mientras esto ocurría el presidente de la Nación, Alberto Fernández, fue a Santa Fe para participar de un acto. Y el tercer pilar del gobierno, el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, estuvo en un acto en Bariloche.
Las tres patas del inefable gobierno actual en distintos lugares, en un mismo día y a la misma hora.
VOZ DE CFK
Resultó altamente increíble el discurso de Cristina Fernández. Porque habló como si fuera oposición, como si no tuviera nada que ver con el gobierno de Alberto Fernández.
Y si el armado teatral del escenario merecía un final por el absurdo, se escuchó el cántico de la concurrencia ..."Vamos a volver/ vamos a volver...". ¿De dónde sacaron ese "vamos a volver" porque este es el gobierno de Alberto y CFK...?
Se sabía que iba a arremeter contra la justicia, e incluso sumó ahora la idea de que el atentado tuvo que ver con la persecución que a su entender recibe de los jueces, cuando los fiscales sumaron pilas de pruebas para justificar los pedidos de condena.
Pidió una suma fija para los trabajadores, olvidándose otra vez que este es su gobierno, por lo que podría rápidamente decidirlo.
Fue un discurso como jueguito para la tribuna, entre los claques que con sonrisas y aplausos fueron a festejar a la jefa.
No olvidar que la gran mayoría de los presentes llegaron porque los subieron a los micros... Seguramente fueron muy pocos los que "espontáneamente" se acercaron al lugar.
Quedó repicando la expresión de CFK de que iba a hacer lo que tenga que hacer. Recordó que hasta diciembre de 2015 el nuestro era un pueblo alegre y dijo que había que recuperar la alegría perdida. Se olvidó de que Alberto Fernández llegó al poder, elegido a dedo por ella, en diciembre de 2019. Estamos a casi tres años de aquel momento y si se perdió la alegría y la ilusión, habrá que hacer autocrítica y hacerse cargo de la parte de culpa que le corresponde... Porque, le guste o no a CFK, este es su gobierno.
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