Las palabras que pronunció días pasados, sin ponerse colorado, el viceministro de Economía, Rubinstein, han generado un clima de incertidumbre en la economía nacional, que se traduce en el incremento del dólar blue, que en estos momentos llega a los 308 pesos por unidad.
Recordemos que Rubinstein habló de "rodrigazo", devaluación y preocupación en el supuesto de que se apueste a la devaluación. Dijo el funcionario: tiene que ser criteriosa para no caer en el "rodrigazo" (en el recuerdo del ministro de Economía, Celestino Rodrigo, en cuyo tiempo estalló la economía a niveles de hiperinflación).
Todo ese combo, a lo que hay que sumar los "nervios" del presidente Alberto Fernández en Bali, que le causó una mala jugada, con una cierta gastritis que obligó a su evaluación médica. Hablamos de los nervios porque lo dijo el propio primer magistrado, quien se remitió a esa excusa para hablar del problema de salud que tuvo.
No olvidar que cualquier problema de salud del presidente, hace vibrar las alertas, máxime teniendo en cuenta que hoy gobierna la Argentina la vicepresidenta Cristina Kirchner, con todo lo que eso significa, máxime hoy en que el Senado apuesta a aprobar una jugada de ella, insistiendo en cruzar un fallo de la Corte -algo en que el kirchnerismo tiene antecedentes- y no respetar la decisión del máximo tribunal de nombrar al senador Luis Juez en el Consejo de la Magistratura, y postular al senador Martín Doñate, que pertenece a la legión del cristinismo.
Son todos condimentos que alimentan la ensalada del poder y sus consecuencias -el dólar lo traduce en síntomas- a los que hay que sumar que mañana, día del militante, al recordarse medio siglo del retorno de Perón a la Argentina, CFK va a ser la única oradora en el estadio Maradona de La Plata. Y todos sabemos que cuando habla Cristina puede temblar la Argentina, porque detrás de todos sus mensajes están las causas judiciales que la tienen a maltraer. En fin...
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