ALBERTO, MAXIMO, CRISTINA... UN GOBIERNO QUE SE PELEA


 Cristina habla en Pilar, sede de la UOM, y deja sus secuelas. Después le toca el turno a su hijo, Máximo, que también dice lo suyo y que dispara por doquier, en muchos casos hacia el propio gobierno que designó a dedo su madre.

En Mar del Plata, por ejemplo, Máximo le apunta a Alberto Fernández y lo llama aventurero, con la ironía de decir que para aventuras está el turismo.

Ni lerdo ni perezozo responde Alberto, y sostiene que hablar mal de un compañero  no es de peronista, y ratifica que no quiere despegarse solo porque siempre habló en forma colectiva, y agrega que como muestra es el hecho de que nunca quiso que se armara el "albertismo".

Mientras esto pasa en el poder, con dos de las tres patas que gobiernan, los millones de argentinos sufren todas las consecuencias, como no llegar a fin de mes, estar sin trabajo, depender de los planes, sufrir la inseguridad, padecer la deficiente educación con altas cifras de deserción, etcétera.

Ellos reparten críticas por doquier, muchas veces partiendo del ya clásico "ah pero Macri" pero también terminando en lanzar los dardos a los propios. ¿No será el momento de parar la pelota, mirar el panorama y ponerse a gobernar en serio?

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