Por Eduardo Menescaldi
El lunes comienzan los alegatos de la defensa de la vicepresidenta Cristina Kirchner en la causa Vialidad por corrupción. Los abogados de CFK darán los argumentos para justificar que las acusaciones a la vice no tienen fundamentos, pese a las nueve sesiones de los fiscales en los que acumularon toneladas de pruebas.
Y la semana concluirá el viernes 23 cuando se escuche la palabra de Cristina Kirchner, con la esperanza puesta en que dé argumentos para justificar su pensamiento y su defensa, y no arremeta contra la justicia, que está cumpliendo su rol constitucional. Ella, como abogada exitosa, debe saber que cada poder de la democracia no puede interferir en otro. O sea, el Poder Legislativo no puede meterse en la órbita del Judicial.
Sin duda este mensaje de CFK está atravesado por el lamentable atentado que sufrió el 1 de setiembre, del que no se dio cuenta, su custodia tampoco, olvidando todos los preceptos del rol que debe cumplir el encargado de custodiar a una personalidad como un presidente o un vice.
La utilización política del atentado genera preocupación. Máxime cuando se mezcla a la religión católica en la cuestión, con una misa partidaria en la basílica de Luján, donde se habla de terminar con los discursos de violencia o de odio, pero inmediatamente después se acusa a la oposición, a los medios críticos y a la justicia del atentado (acto en Parque Lezama).
Se agrega a este hecho el acto en el Senado, presidido por CFK, con curas villeros, donde se mezcla todo. Dios, la Biblia y el calefón al mejor estilo discepoliano. Cuesta entender el mensaje que se despliega -NO ODIEN- y se menciona al riojano Wenceslao Pedernera, quien fue asesinado por la dictadura militar junto a dos curas y al obispo de esa diócesis norteña, Enrique Angelelli. Esa bandera debió decir NO ODIEMOS...
Parece que el odio tiene un solo color, porque los que piden que no haya discursos del odio, hacen caso omiso y no dicen nada de los medios oficialistas, los periodistas militantes K y tantos otros ligados al kirchnerismo que todo el tiempo le están pegando a los que no piensan como ellos.
Si se mete a la religión católica en medio del cambalache, estamos en el horno. La vice dice que la llamó el Papa al día siguiente y algunos sostienen que fuentes cercanas a Bergoglio les aseguraron que nunca habló con la vice.
Esto se liga inclusive con el porcentaje alto de argentinos que creen que el atentado fue armado por el kirchnerismo o dudan de la veracidad del hecho, Como se ha bastardeado y devaluado tanto la palabra , entonces el resultado es la incredulidad y la sospecha.
Ahora se habla de un eventual encuentro entre los líderes de las dos fuerzas mayores de nuestra política, CFK y Mauricio Macri. La vice, tras el atentado, felizmente fallido, parece haber tenido un shock místico y habla de Dios, de la Virgen, etcétera, y del encuentro con los que piensan distinto. Macri dijo que podría hablar con CFK pero con la Constitución en la mano.
Se viene, en síntesis, otra semana fundamental para la historia política del país. La defensa de CFK en la causa Vialidad, la palabra de la vice y las reacciones de todo el espectro político son los elementos fundamentales que hacen a los días que vienen. Ojalá que gobierne el sentido común, que muchas veces es el menos común de los sentidos.
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