Era previsible y se justifica entonces la decisión de los integrantes de la oposición de no presentarse en la sesión que realizó en el Senado, para repudiar el atentado contra la vicepresidenta.
Por 37 votos a favor y ninguno en contra se aprobó una fuerte declaración de repudio al ataque, pero asimismo se criticó a la oposición por no presentarse y a la justicia, a la que se calificó de falta de imparcialidad.
Evidentemente, la oposición al no presentarse -ya habían hecho el repudio en su momento y entendían que no podían sumarse a una sesión que podría convertirse en un campode Agramante- evitó que el Senado se transformara en una sesión lamentable por las expresiones que se podrían cruzar entre las dos partes.
Como dato vale mencionar lo que publica en El Termómetro el periodista Ezequiel González, sobre una sesión que se realizó en el Concejo Deliberante de Lanús, que se caracterizó por las chicas y los fuertes cruces entre oficialismo y oposición. Eso mismo podía haberse replicado hoy en el Senado, si la oposición se prestaba a este escenario.
Así las cosas, mientras el Senado se ocupa del atentado a la vice, miles y miles de piqueteros llegaron desde el Conurbano -grandes columnas del Polo Obrero y de los movimientos sociales- hasta la Capital, para pedir aumento en los planes, protestar por el recorte -léase ajuste- de unos 40 mil planes y demás.
Como siempre y cada vez más tienen vigencias los preceptos que hace muchísimos años predicó en su visita a la Argentina el sociólogo José Ortega y Gasset, con aquel reclamo que hoy está más vigente que nunca: ARGENTINO, A LAS COSAS.
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