Quilmes todavía lamenta la derrota con Boca en Mendoza, porque comenzó ganando apenas iniciado el encuentro con el golazo de Julián Bonetto -dijo el relator Miguel Pilón que fue un gol con sello de primera división- pero rápidamente empató Boca, vía Benedetto, luego aumento el Boquense hasta llegar promediando el segundo tiempo a un 3 a 1 que parecía poco remontable. Sin embargo, Mariano Pavone mostró su olfato goleador y el 3 a 2 era una puerta abierta a la esperanza.
Sin embargo, estallaron los incidentes en la tribuna de Quilmes -dicen que hubo una provocación por una bandera sustraida- y esos 19 minutos de partido suspendido, terminaron por aplastar las ilusiones quilmeñas.
Atrás habían quedado las oportunidades desperdiciadas por el equipo de Gastón Coyette en el primer tiempo, como los errores cometidos en los goles Xeneizes y el sueño de la Copa Argentina terminó en pesadilla cuando ya la madrugada del jueves estaba en marcha.
Pero la bronca "Cervecera" fue más dura por otros motivos, al margen de lo futbolístico. El martes a las 22 partieron 17 micros con hinchas desde Quilmes y recién pudieron ingresar al estadio los hinchas al día siguiente con el encuentro empezado, incluso con Quilmes en ventaja.
Todos los testimonios recogidos apuntan a la policía de Mendoza, que prácticamente hizo imposible el sueño quilmeño de llegar tranquilamente al estadio.
El directivo Alejo Capano, vicepresidente 3) del Quilmes AC, comentó en Deportes en FM, Radio FM Q, que los hinchas de Quilmes se sintieron maltratados por el operativo policial. Agregó que los caballos se echaron encima de los hinchas, hubo vallas de contención, corridas, y curiosamente una actitud algo premedetida para que la llegada al estadio se viera plena de inconvenientes.
"Hicimos todo el operativo con mucha inteligencia, hubo seis muchachos que trabajaron intensamente para que los micros salieran con amplitud y llegaran al estadio con tiempo suficiente. Sin embargo, la policía hizo todo lo posible para que ese ingreso fuese con el partido comenzado", sostuvo en la misma emisora el presidente Mateo Magadán.
Añadió que repudía los incidentes y desmanes de algunos hinchas, pero aclaró que el operativo de la policía había sido muy desprolijo y generó el estado de insatisfacción de los que llegaban al Malvinas Argentinas.
En lo futbolístico, Mateo Magadán reconoció que ahora solo quedaba una sola posibilidad, como es terminar entre los quince para jugar la copa Argentina 2023, y en ese sentido, destacó que había que ganar los dos partidos que faltan, el lunes visitando a Chicago y el sábado 8 de octubre en el Centenario frente al Deportivo Maipú.
Sobre el hecho de que el Aprevide haya decidido que Quilmes reciba a Maipú solo con los socios, Magadán reconoció que había sido avisado por el titular del organismo Eduardo Aparicio, pero resaltó que le había advertido por lo ocurrido en Mendoza, con la policía y el maltrato a los hinchas.
Otro tema a señalar es que los videos que se difundieron pusieron el centro en inadaptados quilmeños que cometieron desmanes, pero no se puso el acento en los que afectan a los hinchas boquenses que también tiraron piedras.
Magadán dijo que el comisario Pablo Otero se estaba recuperando de la pedrada en la cabeza y reconoció que fue un momento difícil porque "al lado estaba Kevin López y las cosas pudieron ser peores".
El presidente Cervecero también reconoció que se vienen meses difíciles para el club, tanto en lo económico como en lo deportivo, porque después del partido del 8 de octubre habrá más de tres meses de parate hasta que en febrero comience el nuevo torneo de la Primera Nacional, donde habrá que ver si se mantiene la actual estructura o se cambia, porque hay trascendidos de un certamen muy diferente, incluso con la posibilidad de jugar en dos zonas.
Comentarios