Se conocieron los índices de pobreza e indigencia en el país, al cumplirse el primer semestre, y las cifras mueven y conmueve, como para que el gobierno no se haga el distraido y se ocupe y preocupe de las cifras.
Los números hablan de 36,5 por ciento de pobreza y 8,8 de indigencia. Son 17,3 millones de argentinos los que sufren estos números, que en cualquier país del mundo pondrían en el primer plano la necesidad de buscar los instrumentos para reducir esa cifras que alteran la paz social.
¿El gobierno ataca el mal con lo que corresponde o mira para el otro lado?
Porque además de estos números hay una serie de conflictos que provocan preocupación. Por un lado, la falta de neumáticos, la paralización de las empresas fundamentales de esta materia, mientras el sindicato continúa con sus protestas y espera frente al Ministerio de Trabajo la posibilidad de un acuerdo económico para levantar las medidas de fuerza y los bloqueos.
En los colegios de la Capital, alumnos tomaron las instalaciones -el caso emblemático es el tradicional establecimiento Carlos Pellegrini- y los argumentos pasan por denunciar el estado de las instalaciones, las viandas, etcéteras, y detrás aparece la Cámpora, la agrupación kirchnerista que reconoce como referente a Máximo Kirchner, y algunos sostienen que también en la movida está la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza.
En el sur siguen los conflictos con los mapuches o seudo mapuches, que estallaron ayer con la quema de una casilla de gendarmería y la toma del espacio. El gobierno nacional, con el ministro de Seguridad de la Nación, el quilmeño Aníbal Fernández, no interviene y pide paciencia, por más que se siga agravando el conflicto.
Todo este combo muestra un momento del país muy preocupante, con tres patas que parecen accionar en forma independiente. El presidente de la Nación está en San Luis con el gobernador, Rodríguez Saa, preparando su presencia mañana en el cine Gaumont, donde se va a presentar la icónica película "Argentina, 1985", de Santiago Mitre con Ricardo Darín y Peter Lanzani al frente del elenco, y recreando los históricos juicios a las juntas militares de la última dictadura.
Por otro lado, el ministro de Economía, Sergio Massa, se pelea con el referente del sindicato de neumáticos, Crespo, mientras se aguarda con mucha expectativa el encuentro entre sindicalistas y el ministro de Trabajo de la Nación para intentar destrabar el conflicto, que lleva varios días.
La tercera pata del gobierno, la vicepresidenta Cristina Kirchner, sigue preocupada por su situación judicial, con la causa Vialidad como emblema, y hace todo para zafar, como queriendo poner distancia de los problemas que afectan cada vez más a su gobierno (porque fue ella la que designó a dedo a Alberto Fernández y debe entender que este es "su" gobierno).
Volviendo al principio de la nota, pobreza e indigencia son dos avenidas que no deberían ser la mayor preocupación de un gobierno peronista, que siempre habló de los pobres y de resolver sus problemas. Sin embargo, los números cantan y ponen como realidad es que algo debió hacerse mal para que en la paleta de los colores del gobierno afloren como una necesidad a resolver ya mismo este tema tan indignante.
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