OTRA VEZ NOVAK: LOS QUE DELINQUIERON DEBEN SER CONDENADOS


 Evidentemente, la lucha del primer obispo de Quilmes, monseñor Jorge Novak (foto), por la denuncia de la violación de los derechos humanos durante la última dictadura militar le dio elementos al prelado para ser reiterado punto de consulta.

No podía ser de otra manera en el Libro del Juicio a las juntas de Editorial Perfil, en el fascículo 16,con fecha 10 de setiembre de 1985, sentencia que los que delinquieron debían ser condenados.

El periodista Julio Alvarez comienza con la pregunta de cómo entendía Novak que había empezado el proceso de violencia sistemática en el país.

Recordó Novak que cuando era sacerdote, entre los años 1965 y 1968, se respiraba un clima pesado y le comentaba a sus colegas: Mientras no corra sangre todo esto puede tener solución relativamente fácil, pero cuando corra sangre, esto va a ser muy grave.

Agregó que se estaba en la antesala del cordobazo y parecía que se palpaba la posibilidad, aunque no era lo deseado, de una violencia sangrienta, que lamentablemente luego tuvo lugar. Y lo sucedido fue mucho más allá de las previsiones imaginables.

"El derramamiento de sangre genera odios muy difíciles de aplacar, ya sea a nivel nacional o internacional.  Ahora, ¿cuáles son las causas? Fundamentalmente, la injusticia, que en buena medida significó el revanchismo que se generó contra el avance social que se había producido en la Argentina. También entiendo que este revanchismo se conecta con planes internacionales que querían impedir el surgimiento de una Argentina y una América latina con voz y personalidad propias en el concierto mundial.

Se le pregunta qué opinión tenía de los jóvenes que adoptaron la violencia en forma organizada.
"No dudo en absoluto en afirmar que estaban equivocados, porque la violencia siempre engendra una violencia mayor. La violencia podía dar a los jóvenes una victoria momentánea, pero no ganar la guerra. Porque los organismos e instituciones contra los que luchaban tienen el poder en el mundo, y disponen de normas y recursos para no perder el control de la situación. De todas maneras, amén de ser una equivocación, la violencia es deleznable y tenemos que desautorizar su uso. Para los cristianos la única violencia posible es la del amor, porque incluye libertad y justicia.

Otra pregunta está relacionada con el papel de la Iglesia argentina durante el golpe de Estado de 1976 y si se puede hablar de algún tipo de complicidad.

"No sabría decir en qué medida la Iglesia, a través de sus pastores, lo ha aconsejado o no, porque yo no estaba en la Conferencia Episcopal en ese momento. Pero lo que puedo observar es que en las capellanías militares se debe purificar toda esa asistencia espiritual de las connotaciones que no coincidan con la Doctrina Social de la Iglesia, las enseñanzas del Concilio Vaticano II y los documentos de Medellín y Puebla. Uno se hace preguntas sobre funcionarios del último gobierno militar que destruyeron la Constitución, y que al mismo tiempo participaron de misas, de la palabra de Dios, tomado la comunión y hecho profesión de fe. Se tienen que haber hecho un planteo moral, y alguien entonces les tiene que haber aconsejado. Son ilaciones lógicas que no se hace. Tenemos que reflexionar en el terrible atropello que significan para la Patria las actas institucionales del gobierno militar que le permitían omnímodas atribuciones. Entonces, los que asesoran espiritualmente a esta gente les tienen que hacer ver que el encuadramiento democrático no es algo accesorio.

A continuación se recuerda que el general Onganía hablaba de la protección de Dios a los golpes militares y que consagró el país a la Virgen María, la religiosidad del general Videla y los torturadores que creían defender una vida occidental y cristiana. ¿Eso no lleva a pensar que hay dos iglesias o que hay una fractura?

-Nosotros a partir del documento Iglesia y comunidad nacional, de mayo de 1981, como obispos definimos claramente una posición que de ahí en más debe haber terminado con toda complacencia con aquellos que se arrogan el papel de salvadores de la patria. Los hechos que usted menciona son verídicos, uno los sabe y nos hacen pensar. Ha habido en la Iglesia posiciones ambiguas, a veces explicables hasta cierto punto pero los obispos hemos hecho ahora una profesión de fe democrática que creo que de acá en adelante no nos hará dar la imagen de una iglesia fracturada.

Más adelante se le pregunta por el tema de la tortura y cómo podía ser que argentinos torturen a compatriotas.

"La tortura no solo es un atentado contra la integridad física del hombre sino también contra su expresión más noble, que es su libertad. Pero hay que decir que el torturador es el que queda humillado en su efigie moral, el que se rebaja como ser humano, el que se condena. Que en la Argentina hubiera tantos torturadores se explica por el misterio del mal en algunos casos y en otros, porque han sido mal informados, pero en ambos casos es gravísimos para quienes hayan orientado la práctica de la tortura. El misterio del mal para muchos no existe, pero para nosotros, que creemos en lo trascendente, sí. La historia de Hitler y de otros enormes dictadores de este siglo no se puede explicar, en su crueldad, si no se admite que han asumido el misterio del mal.

Novak reconoce que las autoridades del proceso fueron las que encarnaron el misterio del mal. "Pero hay otro grupo de torturadores que fue instrumentado, que recibió una formación equivocada y donde puede haber niveles de captación, de cultura insuficiente, que no les permite ver siempre la malicia de los actos. De cualquier manera, es difícil admitir que por más poca cultura que se tenga no se sientan remordimientos por cometer acciones aberrantes, pero la culpabilidad mayor recae en aquellas conciencias que los han dopado, que los han formado.

Al hablar de los que formaron esa conciencia, el prelado sostiene que a su entender son distintos según las escuelas donde se formaron las fuerzas de seguridad, donde se les dan los contenidos de conocimientos generales y humanos propios de cada una de estas fuerzas y donde, también, muchas veces se les da formación religiosa.

"Entonces, aquí hago un planteo muy serio, muy grave, porque me parece que no se puede simplemente dar vuelta la hoja sin haber indagado todo esto. Aquí se dijo: A mi no me pregunten por la moral porque en esto de reprimir no se pregunta por la moral. Esto no puede ser porque nunca la ética puede estar fuera de una acción humana. Si queremos ignorar la ética volvemos a la barbarie.

Por último señaló Novak que "la guerra misma es inmoral como metodología para solucionar conflictos. Esto no todos lo van a aceptar".

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