Lamentablemente, el kirchnerismo sigue dando vueltas a una idea que solo ellos alientan: los que no piensan como ellos son los profetas del odio.
Por eso no debe extrañar, que con el eufemismo de apostar a la paz social, salgan en manada a despotricar a los periodistas críticos.
Hugo Yasky dijo del atentado a la vicepresidente que no era un loco suelto sino el resultado del odio.
El inefable Luis D´Elía divulgó un decálogo de expresiones que encierran un ataque brutal al periodismo, poniendo el acento en profesionales como Eduardo Feinmann, Luis Majul, Alfredo Leuco, Clarín, Jonathan Viale, etcétera. Dijo que la Bersa es de Lanata, el cargador de Leuco, la empuñadura de Majul, la mirada de Viale, el cañón de TN, el gatillo, de La Nación+, el plan de la embajada, el brasileño es un perejil...
La presidenta de la Asociación Argentina de Actores, Alejandra Darín, leyó un documento en Plaza de Mayo en el que habla de democracia, contra el odio, etcétera.
La vocera presidencial, Gabriela Cerrutti, dijo que se va a defender la democracia en la calle.
Evidentemente, el odio a la prensa y a los medios que no piensan como el gobierno está generado un resultado totalmente diferente al que pretenden alentar con la expresión de terminar con el odio. El propio medio Página 12 es la gran vocera de este kirchnerismo brutal.
Pablo Moyano, el dirigente de la CGT, arremetió con nombre y apellido contra los periodistas. Habló de los Wynazki, los Majul, los Leuco y los acusó como responsables del atentado contra la vicepresidenta.
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