LOS HISTORIADORES SE VERAN EN FIGURILLAS PARA ANALIZAR ESTE TIEMPO


Por Eduardo Menescaldi

 La tarea del historiador será ardua y difícil para los que se animen a bucear estos tiempos de nuestra Argentina.

De pronto van a querer ahondar la investigación sobre el atentado, felizmente fallido, a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner. 

Porque, por ejemplo, van a encontrar el video del programa Caníbales, donde el abogado José Ubeira decía cuatro días antes del atentado que había que cuidar a CFK porque con el clima político existente sería un logro -así lo definió- matarla, como anticipando el atentado. Y lo decía en un programa que en su momento lo tuvo de protagonista a Aníbal Fernández, quien lo dejó para asumir el Ministerio de Seguridad de la Nación (Ubeira se convirtió en el protagonista del programa y ahora es el abogado querellante de CFK después del atentado).

Si le hubieran hecho caso a este letrado, seguramente no habría habido atentado, porque la realidad mostró el fracaso brutal de la custodia de la vice, para permitir que un joven se acercara con un revólver hasta centímetros de la cabeza de la vice y gatillar. Por suerte, la bala no salió.

Y no solo eso. Hubo seis minutos en que la vice siguió firmando libros y saludando a la gente, sin que la custodia emplee los protocolos del caso para resguardar a la funcionaria.

Después los historiadores tendrán que analizar los pasos que siguieron. Una misa en la basílica de Luján, lugar emblemático de los católicos, para apoyar a la vice, pero que solo tuvo la presencia de la militancia y del oficialismo. Y como si eso no alcanzara, un encuentro en el Senado entre CFK y alguno curas villeros, con la pretensión de la vice de pedir que rezaran por ella, al mejor estilo del papa Francisco. Esos curas villeros hablaron de que hay más pobreza que cuando era presidenta CFK, aunque no dijeron que este actual gobierno es de Alberto Fernánde, elegido a dedo precisamente por la vice.

En este acto se produjo un hecho contradictorio. Porque quien cobra el equivalente a la jubilación de cien pasivos se reúne con los curas villeros, que respiran en sus lugares de acción apostólica el drama de los pobres que no pu,eden satisfacer sus mínimas necesidades. Esos curas avalan a quien hace de la ostentación un culto.... Como dice el doctor Nelson Castro, este contrapunto es de una inmoralidad preocupante.

Cuando estos historiadores pretendan desnudar las características del atentado se encontrarán con la llamada banda de los copitos, jóvenes que vendían copos de azúcar rosados y que aparecieron estos días en la zona de la casa de la vice, en Recoleta. ¿No sorprendió a nadie de la inteligencia y de la investigación este hecho, porque quién iba a comprar copitos en ese escenario?

El que debió estar a cargo del operativo, Aníbal Fernández, consideró que había sido excelente, lo que parece contradecir el propio atentado. Tanto ha sido el convencimiento del quilmeño como jefe del operativo, que marchó con el presidente Alberto Fernández en el viaje a Estados Unidos.

En síntesis, los historiadores se verán en figurillas para entender y desenredar los ovillos de los hechos de estos tiempos.

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