EN LA ARGENTINA, LA VERDAD SOSPECHOSA Y UNA GRAN VIGENCIA

 Por Eduardo Menescaldi

La verdad sospechosa, el histórico poema de Lope de Vega, solía decir que en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.

Y esto bien vale para evaluar el episodio, repudiable por donde sea, que afectó a la vicepresidenta Cristina Kirchner con el intento de asesinato de Fernando André Sabag Montiel.

Hubo un repudio generalizado, del oficialismo y la oposición, sin embargo en esta Argentina que estamos viviendo hoy han vuelto a aparecer sospechas sobre el hecho ocurrido.

Hay un sector de la sociedad que no cree en el atentado y que incluso se anima a decir que el episodio estuvo armado.

La realidad, que es la única verdad, dice que hubo muchísimas fallas en el hecho. Porque con cien custodios para la seguridad de la vice, un individuo pudo llegar a centímetros de CFK y ponerle una pistola en la cabeza.

Quienes sostienen esta posición agregan que la pistola Bersa está fuera de uso y que nunca hubiera logrado el presunto objetivo.

En este tema se llegó a poner en duda la efectividad del ministerio de Seguridad en la materia, con las críticas al responsable, el quilmeño Aníbal Fernández, que sigue siendo bancado a pesar de los errores cometidos.

Así las cosas todos los comentarios ponen en tela de juicio la realidad, que como siempre en la Argentina tiene dos caras, según el lugar que ocupe el que opina.

En medio de este clima, aparece el gobierno queriendo hacer un listado de "odiadores" y como siempre los dardos tienen a la justicia y al periodismo como principales blancos. Ah, eso sí, los "odiadores" son los críticos del oficialismo, los otros -Página 12, Radio 10, El Destape, El cohete a la Luna, C5N, Gustavo Silvestre, Pablo Duggan, el cordobés Méndez, Horacio Verbitzky, etcétera- no integran el listado.

El propio presidente de la Nación, Alberto Fernández, aprovecha el momento para volver a ser protagonista y qué mejor que pegarle a los que no piensan como él. En lugar de llamar a la concordia, a un diálogo politico con todas las fuerzas, se atrinchera en su kirchnerismo furioso, para defender a esa vice lo que eligió a dedo ... Y se olvida de aquella histórica nota de tapa de La Nación, de febrero de 2015, en la que fue el mayor de los críticos del gobierno de su hoy socia de aventuras políticas.

La verdad, entonces, sigue estando bajo sospecha y eso afecta la institucionalidad de un país que busca su destino, pero que está en un laberinto difícil de descifrar.

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