"EL QUE TORTURA NO ES CRISTIANO", LA VOZ DE MONSEÑOR MIGUEL HESAYNE


 Monseñor Miguel Hesayne, obispo de Viedma en tiempos de los juicios a las Juntas militares, allá por 1985, también dio su testimonio ante el tribunal y sentenció que quien tortura no es cristiano.

La cercanía del estreno del filme "Argentina 1985", de Santiago Mitre, permite seguir publicando testimonios de esos tiempos, en este caso de uno de los prelados, que junto a monseñor Jorge Novak, obispo de Quilmes y Jaime de Nevares, de Neuquén, fueron los que más lucharon por los desaparecidos y contra la dictadura militar para denunciar las violaciones a los derechos humanos.

El Libro del Juicio, de la Editoria Perfil, con fecha 8 de agosto de 1985 publica el testominio de Hesayne.

Comenzó diciendo que el juicio "puede ser uno de los pasos en un acto de reparación, en el camino de la reconciliación. Pero antes de esta, lo que estamos buscando es la verdad. Para que haya reparación y conciliación debe darse primero la verdad. Es el primer paso.

Dijo que la reconciliación de la que hablaba "es la que se basa en la roca viva que es Jesucristo. Jesucristo es verdad, justicia, libertad y amor que se pueden conjugar en una sola palabra: paz. Y lo que yo busco al venir aquí es poner un granito de paz.

Se le preguntó por una presunta ley de amnistía y el obispo fue contundente: "La ley de amnistía, si se la considera en el sentido del ovlido, está en contra de la reconociliación, porque esta implica justicia.

Dijo que no eran buenos cristianos los que torturaban y cometían delitos atroces y que al mismo tiempo suponían que esrtaban imbuidos de defender una moral cristiana.

En mayo de 1983 monseñor Hesayne había dirigido una carta al ex presidente de facto, Jorge Rafael Videlaa, en la que calificó de falso, inmoral e hipócrita el documento de las Fuerzas Armadas sobre la lucha antisubversiva, a la vez que descalificó como cristiaano al destinatario de la misiva.

Decía el obispo: "De mi cristiana estima: como obispo estoy llamado a ser testigo del Evangelio de Jesucristo y a anunciar el mensaje de salvación de todos los hombres.

"Ante declaraciones efectuadas por usted respecto al documento de la junta militar sobre la guerra contra la subversión y el terrorismo en el programa Nuevo Día, por Radio Mitre, me siento obligado a escribirle. Mi preocupación está fundada en la necesidad de desautorizarlo ante mi feligresía porque presentándodose usted como cristiano confunde a la grey que la Iglesia  me ha confiadao.

"Usted recomienda leer el informe de las Fuerzas Armadas en el marco de la declaración del Episcopado argentino titulada En la hora actual del país, nuestra declaraci´pon hace un llamado a la reconciliación, que implica el reconocimiento de los propios yerros en toda su gravedad, la detección de los mismos, el propósito firme de no cometerlos más, la reparación del mal causado y la adopción de una conducta totalmente nuieva.

"En este amrco, de ninguna manera se encuadra el documento de las FF AA, porque visto desde allí es falso, inmoral e hipócrita.

"Es falso porque no dice toda la verdad posible.¿Acaso usted no conoce como nosotros que las FF AA han violado, sistemáticamente los elementales derechos del hombre y profanado su dignidad de templos vivos de Dios? Puedo confirmar con mi testimonio la verdad de lo que digo.

"Es hipócrita porque usando el lenguaje cristiano del amor, la fe, la reconciliación, la comprensión, la piedad y el perdón lo vacía de contenido.

"Es inmoral porque se basa en el principio de que el fin justifica los medios, doctrina desde siempre rechazada por la Iglesia. Con esta misma argumentación se convalidaría la guerrilla y el terrorismo.

"Usted contestó en diciembre de 1979 una carta mía diciendo que no tenian nada de qué arrepentirse. No obstante ello quiero hacerle ahora, públicamente, porque usted habló públicamente, un nuevo llamado a la conversión en Jesucristo.

"En conformidad con el ministerio de la reconciliación que el señor Jesús ha confiado a los obispos, me dirijo a usted y a cuantos como usted sosn responsables de cualquier tipo de violencia que ha padecido la Patria, para exhortarlos a un fiel y sincero cumplimiento de todas las implicancias de la reconciliación cristiana, tal cual lo expresamos en el documento del Episcopado del 22 de abril último.

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