Lamentablemente, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, desperdició hoy una gran ocasión de demostrar que es un estadista y no un mero representante de un sector de la sociedad.
Si hubiera aprovechado la fecha para convocar a todos los sectores, no solo a los kirchneristas, para apostar a la paz social.
No se entiende que haya vuelto a hablar de los discursos del odio, que a su entender están metidos en los que no piensan como el oficialismo.
Mientras se siga alimentando la grieta y olvidando que el presidente es de todos los argentinos y no solo de los kirchneristas, no se alcanzará el ideal tan deseado por todos los sectores de participar en pos de la paz social.
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