Cristina Kirchner se dio el gusto hoy de dar su eterno alegato con motivo del juicio que la tiene como imputada por la causa Vialidad y la corrupción.
Como era de esperar, habló más de una hora y fue todo profundamente político. Como se sabía arremetió contra los jueces, habló de chicanas, se quejó de que ella se puede defender porque es abogada porque de lo contrario se encontraría indefensa.
Se la pasó mirando el ombligo pero no dio ninguna prueba en contra de todos los cargos que le mostraron los fiscales, a los que ella detesta.
No entiende la división de poderes, no se sabe por qué ataca tanto al Poder Judicial y termina mostrando una vulnerabilidad llamativa para quien se caracterizó por haber tenido en su momento la suma del poder público. Ahora le habla a su núcleo duro, pero no da ninguna señal para creer que es inocente de todos los cargos que la tienen como acusada.
Como publicó Marcelo Bonelli en Clarín, CFK tiene una gran creatividad política pero también una enorme cuota de daño y de destrucción.
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