El dirigente de izquierda Gabriel Solano publicó un twitter en el que hace una reflexión, que merece ser reproducida.
Dice Solano que un ayudante de cátedra de la UBA gana 23 mil pesos. Y agregó que desde la Facultad de Filosofía y Letras publican el apoyo a Cristina Kirchner. Un despropósito que un dirigente de izquierda pone en el candelero para mostrar que no todo es como pretende creer el kirchnerismo.
Se está viviendo un momento bisagra en la República, con situaciones que parecen propias de una republiqueta en lugar de una auténtica república democrática.
No se entiende a ese grupo de fans que todos los días se congregan en torno al domicilio de CFK en Recoleta, para cantar, vivar y apoyar a su jefa, todo porque la justicia funciona en la Argentina.
Resulta lamentable que el referente del kirchnerismo e hijo de la vicepresidente, Máximo Kirchner, diga hoy en un encuentro en la UOM en Avellaneda que habría que revisar el acuerdo con el FMI y que hoy no habría que votarlo.
Se agrega a este combo, como nafta al fuego, el lawfare que hace el presunto periodismo de C5N, ultrakirchnerista, hablando del pueblo contra el partido judicial.
Es increíble lo que está pasando en nuestro país y el lunes es el día del Abogado, en el recuerdo de Juan Bautista Alberdi.
El Congreso paralizado, la gestión complicada, el superministro Sergio Massa haciendo un ajuste brutal, que si lo hubiera hecho otro gobierno, seguramente tendría a todo el kirchnerismo movilizado.
En fin... Somos 47 millones de habitantes. Seamos generosos y digamos que hay millón de kirchneristas que quieren comparar a CFK como Evita... pero qué pasa con los 46 millones de argentinos que vemos esta película como espectadores, tratando de entender lo que está pasando en esta Argentina 2022.
Cuando los kirchneristas toman como grito de guerra aquello de que "si tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar", sin duda se está poniendo en marcha una campaña que pone en peligro la paz social.
Ojalá termine gobernando el sentido común. El kirchnerismo está poniendo en peligro la República, pero siempre hay que creer que los mansos, que hoy están mirando lo que pasa, algún día van a hacer tronar el escarmiento para aquellos que no creen en la República.
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