EN AVELLANEDA, HOMENAJE AL SUBCOMISARIO JORGE OMAR GUTIERREZ

 Este 29 de agosto se cumplieron 28 años del asesinato del subcomisario Jorge Omar Gutiérrez, hermano del ex intendente de Quilmes, el barba Gutiérrez.

Vale mencionar que la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que conduce Horacio Pietragalla Corti, realizó un homenaje al subcomisario: se colocó un cartel recordatorio en la comisaría segunda de Avellaneda, donde trabajaba el subcomisario cuando fue asesinado. El acto fue en Giribone 495 de Avellaneda.

Jorge Omar Gutiérrez (foto) venía investigando un depósito aledaño a la comisaría de Avellaneda, en el marco de la llamada causa de la Aduana Paralela. Se decía que en el lugar se guardaban drogas.



La familia del subcomisario realizó una intensa y extensa campaña para que se hiciera justicia con el asesinato del policía, hecho ocurrido en el tren Roca que el subcomisario tomó en Avellaneda (llegó asesinado a La Plata). Esa noche jugaba Independiente en el Libertadores de América. El subcomisario escuchó el partido en la repartición policial y decidió regresar a su domicilio en Quilmes en tren en lugar de hacerse llevar por su chofer.

Pietragalla realizó un pedido de disculpas a la familia del subcomisario, ya sea su compañera Nilda, sus hijos Jorge, David y Marilyn y sus hermanos Nilda y Francisco Barba Gutiérrez.

En la ceremonia estuvo el intendente de Avellaneda, Alejandro Chernobroff, el director de Litigio y Defensa Legal del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Diego Morales, también autoridades de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y funcionarios nacionales, provinciales y municipales.

Pietragalla dijo que las fuerzas policiales cometieron violaciones a los derechos humanos y esas acciones no fueron sancionadas a tiempo. Y destacó que la Secretaría que conduce lleva una política muy clara contra la violencia institucional y no mirando al policía como un enemigo sino como un sujeto al que hay que darle herramientas para defender la institución policial.

El libro "Maten a Gutiérrez", del periodista Daniel Otero, describe con profundo trabajo de investigación la causa del asesinato del subcomisario.

Dicha causa llegó incluso a la comisión investigadora de la aduana paralela, en la Cámara de Diputados dela Nación, entonces presidida por Mario Das Neves, y la familia Gutiérrez se presentó a hacer la respectiva denuncia, que amplió incluso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

PAGINAS SUELTAS

En el libro "Páginas sueltas...Quilmes, el Congreso y algo más", de Eduardo Menescaldi, se habla precisamente de la Comisión Investigadora  de la Aduana paralela y se cita el caso del subcomisario, quien apareció muerto con un tiro en la nuca cuando desde Avellaneda regresaba a Quilmes.

La Comisión tomó conocimiento del caso el 26 de diciembre de 1996. Al día siguiente la Comisión recibió a Francisco "Barba" Gutiérrez, hermano de la víctima, entonces secretario de UOM de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, quien dijo que su hermano se encontraba investigando un depósito fiscal en Avellaneda, lindante en la parte trasera a la comisaría segunda de esa localidad.

En la causa penal seguida por homicidio el único imputado Juan José Santillán quedó en libertad por falta de mérito, después de haber estado detenido durante más de dos años. Por lo tanto, por estar cerrada la causa y por tener en apariencia conexidad con las investigaciones de los ilícitos aduaneros, se pidió la colaboración de la Comisión para esclarecer la situación. 

La Comisión pudo comprobar que el subcomisario Gutiérrez habría estado investigando a una asociación ilícita que presuntamente estaba integrada por miembros de las fuerzas de seguridad y que el depósito fiscal, aparentemente funcionó por más de dos años sin su correspondiente habilitación.

La única persona imputada en la causa en ese momento era precisamente Chiquito Santillán. Entre los que prestaron testimonio estuvieron el comisario federal (RE) Pedro Klodszyc y el entonces secretario de seguridad, doctor Alberto Piotti. 

El cabo Santillán, quien estaba cumpliendo funciones en Comodoro Rivadavia, fue citado por la Justicia para aclarar su versión de los hechos ante la Comisión. 

También se presentaron familiares de Santillán, entre ellos su ex suegra, quien reconoció que había falseado la declaración en la causa penal por haber recibido presiones de su ex yerno. Eso generó una denuncia penal presentada por los diputados por falso testimonio. 

A partir de aquí hubo un reposicionamienteo del caso Gutiérrez en la opinión pública.

Los familiares del subcomisario presentaron entonces un amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires para pedir la reapertura de la causa. 

La Comisión remitió como prueba a la Corte Suprema las versiones taquigráficas de todas las reuniones llevadas a cabo, para ser considerada en el expediente judicial. 

Años más tarde la familia Gutiérrez estuvo en Estados Unidos, denunciando el caso ante los tribunales internacionales al filo del mandato del presidente Néstor Kirchner. Se esperaba, como  finalmente ocurrió, la reapertura de la causa porque el Estado reconocía que no había habido justicia en el caso. 

De la nueva sustanciación del caso del asesinato del subcomisario, en virtud de las innumerables irregularidades que se habían producido durante la causa, se llegó finalmente al fallo de la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata, que condenó a prisión perpetua a los dos implicados: el citado cabo Juan José Santillán y otro ex policía, Francisco Mostajo, quien estuvo prófugo durante muchos años.  Este fallo fue en junio de este año.

Los condenados eran policías y fueron señalados por dos testigos: una pasajera, Alejandra Chumbita y un vendedor ambulante, David Silva.

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