EL PAPA FRANCISCO NO PUEDE SOSTENER LO QUE GRITO GRABOIS AYER


 Los desplantes del dirigente de las organizaciones sociales, Juan Grabois, que se desataron ayer en el puente Pueyrredón, con diatribas y exigencias al presidente Alberto Fernández, entendemos que no pueden tener el visto bueno del Papa Francisco.

Por lo menos, si es cierto que Grabois pertenece al círculo aúlico del Sumo Pontífice.

Grabois incitó a la violencia (¿habrá algún fiscal que se encargue de denunciarl?) cuando le dijo al presidente que "nosotros te pusimos" y le pidió que rápidamente use la lapicera, con el salario básico universal o cualquier otro instrumento que sirva para paliar la pobreza.

Y las amenazas no se quedaron ahí, porque llegó a sostener a los gritos que integra un grupo de gauchos dispuestos a derramar su sangre si fuera necesario para luchar contra el hambre en el país.

Así las cosas, y también teniendo en cuenta que es uno de los voceros de la vicepresidenta -que cada vez está más preocupada por que llegue el 1 de agosto y comiencen los alegatos del fiscal Diego Luciani por la causa Vialidad (esperemos que el fiscal tenga la indispensable protección para evitar males mayores, con el antecente Nisman)- lo que gritó ayer Grabois ocupa y preocupa, en un momento de incertidumbre, inestabilidad, subida imparable del dólar (que ahora está a 335 pesos), una situación de caos, desasosiego, con el condimento de un gobierno bifronte a la deriva...

Ojalá que la propuesta de llamar a la oposición se concrete, pero que sea sin trampas ni zancadilla, en el Congreso, que es el único lugar donde se pueden susbribir los consensos, sobre todo porque a diferencia de otros sistemas, el nuestro es presidencialista y no parlamenterio. Cuando hay incertidumbre institucional, el Congreso tiene las herramientas para que el barco enderece su rumbo.

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