EL OBISPADO DE QUILMES RECORDO A MONSEÑOR JORGE NOVAK

 Al cumplirse 21 años del fallecimiento del primer obispo de Quilmes, monseñor Jorge Novak, se realizó una misa a cargo del obispo Carlos José Tissera, acompañado por sus pares Maximiliano Margni, obispo de Avellaneda-Lanús y Juan Carlos Romanín, obispo emérito de Río Gallegos. También estuvieron diáconos y sacerdotes de las congregaciones religiosas y del Estado, pastores de otras confesiones y numerosas personas que se acercaron para homenajear a Novak.

El padre obispo Tissera resaltó que "todo lo realizado por el padre obispo Jorge lo pudo hacer porque fue un gran discípulo. Y siendo un buen discípulo, pudo ser un gran maestro. Y sus grandes maestros fueron su papá y su mamá, de quienes aprendió a amar a Dios, amar a los demás, respetar a los pobres, quererlos y servirlos.

También dijo que "fueron tres las familias que forjaron a nuestro primer pastor: su familia de origen, su familia religiossa del Verbo Divino y la familia de esa diócesis de Quilmes, que lo tiene como primer obispo.

Durante la misa, Marina Ferreres de Mandrioni, directora del Instituto del Profesorado Espíritu Snato, fiel colaboradora en materia educativa en los comienzos de la diócesis, y el presbítero Rubén Bienedell, delegado episcopal para la educación, que hoy acompaña y promueve la pasión evangelizadora de Novak en las escuelas episcopales y congregacionales de la diócesis presentaron su testimonio y reflexiones sobre la tarea educativa que encarnó el primer pastor de esta porción de la Iglesia. 

Además se representaron a las instituciones educativas de todos los niveles en un mapa de los partidos de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, y se recibió a la Virgen de Itatí, de la que también se celebró su fiesta. 

En oportunidad de la celebración eucarística los padres obispos Tissera, Margni y Romanin se acercaron hasta la capilla donde descansan los restos de Novak y del obispo Gerardo Farrell para confiarles la tarea de los educadores y formadores en la fe en nuestra iglesia diocesana y pedir por la intención del pueblo que peregrina en la diócesis de Quilmes.

En su homilía, monseñor Tissera destacó la personalidad y acción pastoral de Novak. "Aun me parece escuchar su voz pausada y ronca, constituyendo el conjunto el tema ideal para un cuadro magistral", impacta también la profunda piedad familiar cuando Jorge Novak fue ordenado sacerdote.

Luego de celebrar la primera misa en su pueblo natal, San Miguel Arcángel, dice: Una semana después me trasladé a La Pampa, a Santa Teresa. Mi abuela había visto amputada una pierna y ambos habían establecido su domicilio en esa localidad. Hubo una misa solemne al estilo de nuestra gente. Llevé luego la comunión a mi abuela, en cama. Al trasponer el umbral del cuarto de la enferma, el se hinca y pronuncia con voz recia, en alemán: !Señor mío y Dios mío! Lector asiduo de libros religiosos, que compraba al hacer ocasionalmente un viaje a Buenos Aires, se había ehcho un gran admirador de Don Bosco, cuya obra no acababa de ponderar.

Sus padres, especialmente su mamá, deseaban un futuro de estudio para su hijo Jorge. Luego de cursar un grado en la escuela Nacional, pasó al Colegio Niño Jesú,s, que estaba a cargo de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción de Bonlanden.

Así lo recuerda: Los años que concurrí al Niño Jesús quedan registrados en mi experiencia personal como muy felices. Sin estridencias y sin sensacionalismos nos introducían en el conocimiento humano y nos ayudaban a madurar en la fe. La inteligencai de la institución educativa con la parroquia era perfecta. Se llenaban cabalmente la preocupación de mis padres, de tener enseñanza catequística en el ciclo escolar.

Agradezco a Dios, de todo corazón, esta iniciación en una comunidad piadosa, fervorosa, festiva. Considero que se ha tratado d euna gracia insigne y fecunda. No podemos ignorar ni olvidar que nuestra persona queda imbuida profundamente con los valores morales y espirituales del contexto eclesial que la ve germinar y crecer.

Pasé a ser monaguillo más asiduo.

"Para mí la mamá representó toda una escuela de las virtudes cristianas acrisoladas por la oración, la dedicación a la educación de cada uno de nosotros, la pobreza, la enfermedad. Estábamos junto a ella día y noche. Para nosotros era como un ángel tutelar en todo. Amasaba semanalmente el pan con sus propias manos. Nos enseñó a respetar y a ayudar a quienes eran más pobres que nosotros.

"Pese a las aplastantes tareas del hogar, encontraba el tiempo para leer el Amigo del pueblo, revista mensual, en aleman, editada por los misioneros del Verbo Divino, con contenidos pastorales y culturales de matizada dimensión formativa.

Mamá fue, sobre todo, una mujer de mucha oración. Nos enseñó a rezar de palabra, pero, sobre todo, con su ejemplo. Era tal su enetrega a la oración que una de mis hermanas, bromeando, le decía a mamá que exageraba, que iba a atravesar el cielo. Me quedó grabada la imagenn maternal, firme ante el cuadro del comedor, mientras ya nos habíamos retirado del dormitorio, en oración que nos parecía interminable. Cuando, finalmente, había concluido, apagaba la lámpara y la casa quedaba a oscuras...

No menos emotivo son los recuerdos de sus abuelos paternos, a los que pudo conocer, Cecilia y José Novak. Vivían en La Pampa. Nos dice: Para mi la figura de estos abuelos tuvo connotaciones patriarcales. El hecho de que los llegaba a ver solo de tanto en tanto subrayaba fuertemente estas impresiones.. El abuelo me llevaba a caballo a recorrer el trigal y de sus labios brotaba insistente la oración. Caminando por el patio rezaba el santo rosario. Por la noche, reunida la familia en torno a la mesa, luego de cenar, leía en voz alta la página correspondiente al Santoral.


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